Educación: la gran herencia

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Gracias al esfuerzo y dedicación de un grupo de empresarios, autoridades y sobre todo, al trabajo de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) y de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer), una parte de nuestra economía disfruta de privilegios.

Unos 80.000 empleados directos, con una edad promedio de 29 años –40% son mujeres–, trabajan en alguna de las casi 300 empresas en sectores como ciencias de la vida, manufactura avanzada, servicios y manufactura liviana, e industria alimentaria, con un salario promedio que casi duplica al equivalente en el resto del sector privado.

El 80% de esa fuerza laboral proviene de colegios técnicos y de la educación pública. Las compras locales por medio de encadenamientos a estas empresas suman $1.600 millones por año y el sector aporta un valor agregado de $0,59 por $1 de inversión, según el Banco Central.

Sin embargo, no parece que los programas de estudio de nuestros colegios y universidades se ajusten a los requerimientos de los sectores de producción más dinámicos.

No es de extrañar, entonces, que por el lado de la demanda tengamos niveles de desempleo mayores en la población de 18 a 25 años, y del lado de la oferta, las empresas se quejen de no encontrar a las personas con la formación adecuada: en ciencias de la vida, falta recurso humano con perfil para la fabricación de dispositivos médicos, biotecnología e industria farmacéutica; en manufactura avanzada, hay carencias en industria aeroespacial y marítima; también en electrónica y en tecnologías verdes, solo por citar algunos casos.

Para proveer de talento humano se requiere capacitar a nivel técnico y universitario los idiomas (inglés o portugués ), contabilidad, finanzas, mercadeo digital, recursos humanos, administración, desarrollo de software , soporte de sistemas, diseño e integración de sitios web, calidad, logística, telecomunicaciones, mecatrónica y telemática. A nivel de educación de posgrado o especializada áreas como cómputo e informática, bioinformática, ingeniería industrial, electrónica, administración de proyectos, logística y cadenas productivas, tecnología de bases de datos, estadística, economía y recursos humanos.

Solo esperemos que el Ministerio de Educación Pública, el Consejo Nacional de Rectores así como el Consejo Nacional de Educación Superior estén ya en contacto con Cinde y Procomer para que los programas de estudio de secundaria, técnicos y universitarios, se estén ajustando a estos perfiles.