¿Dónde comenzar?

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La ley de Solidaridad tributaria, como proyecto de reforma fiscal, ya es parte de la historia.

No hubo consultas previas, la negociación fue tardía y luego cambió la conformación del Directorio legislativo.

Ahora, la Comisión de Asuntos Hacendarios es presidida por un diputado que no es del partido de gobierno.

¿Qué pasará entonces con la intención de implementar cambios a la normativa tributaria?

Desde el campo legislativo y en el seno de la Comisión encargada del tema, la sugerencia es estructurar una reforma fiscal “desde cero”.

En la otra acera, el Ministerio de Hacienda enfatiza la grave situación que atraviesa el país, con un déficit proyectado para este año del 5% del producto interno bruto, lo cual conlleva la necesidad urgente de la reforma.

En el tema de las leyes tributarias, la dinámica de los últimos 10 años ha sido prácticamente la misma: se presenta un proyecto, se trata de negociar, no se concreta y finalmente se archiva.

Si el proyecto es grande y complejo, como el que se conoció durante la administración de Abel Pacheco, la discusión ocupa los cuatro años de gobierno y termina en nada. Si la reforma propuesta es “simple” como calificó el ministro Herrero al último proyecto, entonces su discusión tarda solo un año, pero igual se archiva.

¿Dónde comenzar ahora?

El nuevo comienzo no es “desde cero”, porque se trata de la reforma a un sistema preexistente. La legislación actual es el punto de partida.

Todas las comparecencias realizadas en el último año, de los diversos grupos interesados que se pronunciaron sobre el tema de los cambios fiscales que proponía el Gobierno, constan en las actas de la Comisión.

No debe desecharse ese importante insumo, pues muchas personas e instituciones aportaron ideas y sugerencias de gran valor.

Esa experiencia e información ya recabada puede utilizarse para elaborar rápidamente un nuevo y mejor proyecto, pues urge de verdad.

Es un legado que no se debe desaprovechar.