Dispositivos en acción

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Las palabras tienen distinta potencia. Tener la intención no es lo mismo que estar comprometido. Desear algo es más garantía de lograrlo que si simplemente nos gusta. Tener un objetivo no es lo mismo que resolver alcanzarlo.

Cuando presentamos una gestión y nos dicen que se la van a trasladar al departamento tal, perdemos la esperanza de un pronto resultado.

Lo mismo sucede cuando un asunto se traslada a un comité o a una comisión.

En cambio, si, para un determinado asunto, se dice que se creará un dispositivo para atenderlo, su solución luce más próxima. Una de las acepciones de la palabra dispositivo es “un mecanismo o artificio dispuesto para producir una acción prevista”. Otra es “la organización para acometer una acción”. Los términos mecanismo o artificio evocan partes interconectadas; simplicidad en el diseño; agilidad en el proceso; resultados específicos.

Hay tareas de realización visible. Ante un incendio, es necesario planear cómo afrontarlo, pero esa formulación de planes es instantánea, o se cuenta de previo con un abanico de opciones, una de las cuales se desplegará al llegar al sitio del siniestro y en vista de sus circunstancias.

Por el contrario, hacer un estudio no tiene una realización visible. Quienes participan en él, pueden estar haciendo o no estar haciendo. Si bien puede existir una fecha de entrega, hasta que ésta no se acerque no hay forma visible de saber si se avanza o no.

Nuestra eficacia aumentaría si más cosas fueran manejadas como se maneja una emergencia, en vez de como se maneja un estudio. También si más cosas, en vez de ser procesadas a la manera burocrática en que procederían departamentos o comités, fueran encomendadas más bien al estilo con el que funcionan los dispositivos. Ese es quizá uno de los rasgos de lo que llamamos ejecutividad . Esa como compulsión a que las ideas se conviertan en resultados, a través de actividades donde se perciba más el músculo y el nervio, que la grasa que causa inercia.

Para la acción de un dispositivo no existe el mañana. Los dispositivos no se lo piensan: se disparan. Una vez activada la energía la acción es irrefrenable y no hay duda sobre los resultados. n