Una inquieta región en China padece la ausencia de turistas

En el primer semestre , las visitas a Sinkiang cayeron un 7%, en comparación con el año pasado

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Los dos fotógrafos aficionados se detuvieron en una colina con vista al efervescente río en este remoto parque alpino, aguardando a que los nómadas salieran de sus yurtas blancas y arrearan las vacas por un puente.

Los hombres, ambos de 60 años, llevaban a cabo un viaje de un mes a través de la región occidental de Sinkiang, tratando de capturar escenas como esta.

“No escuches lo que otros dicen acerca de Sinkiang y no creas lo que lees”, dijo Sun Jingchuan, obrero de mantenimiento de aviones retirado proveniente de la provincia de Sichuan, en el sudoeste de China. “Aquí es my seguro”.

Muchos otros chinos disputarían esa apreciación. Este año, después de una serie de reportajes sobre disturbios, atentados terroristas y mortales tiroteos policiales vinculados con el conflicto étnico en ciudades por todo Sinkiang, el turismo se ha desplomado, la primera caída en 20 años.

Sinkiang, del tamaño de Europa occidental, ha sido considerado como uno de los destinos más exóticos de China. Turistas chinos, que generalmente viajan en excursiones, visitan las praderas y los bosques siberianos aquí en el norte y las ciudades oasis del desierto en el sur, a lo largo de la antigua Ruta de la Seda.

Entre los locales, se estima que 1,5 millones de personas tienen algún vínculo con la economía del turismo de Sinkiang. La mañana en que Sun y su amigo estaban fotografiando vacas y nómadas kazajos, un informe en un sitio web oficial de noticias de Sinkiang reportó que explosiones múltiples, días antes en el condado de Luntai ,habían matado a dos personas y herido a muchas otras. La página web informó más tarde de que 40 amotinados habían muerto, algunos ultimados por la policía, otros se suicidaron con explosivos, mientras que seis civiles y cuatro policías y empleados auxiliares perecieron. Radio Free Asia , financiada por el Gobierno de Estados Unidos, dijo que los atacantes estaban furiosos por la confiscación de tierras por parte de funcionarios. Fue la explosión de violencia más mortífera en Sinkiang en las últimas semanas, pero no fue atípica.

En el primer semestre de este año, las visitas de turistas nacionales cayeron un 7%, a 20 millones, en comparación con el mismo periodo del año pasado, según estadísticas oficiales. Los ingresos procedentes de turistas nacionales cayeron casi un 6%, a $3.500 millones.

El turismo extranjero, que es una fracción del total, también se redujo en casi un 1%, a 619.300, con una caída de ingresos del 1%, a $161 millones. La Dirección Regional de Turismo de Sinkiang atribuye la declinación a “influencia de los recientes ataques terroristas”.

A principios de agosto, algunos sitios web de noticias en idioma chino publicaron una carta abierta que deploraba el “gran daño” causado a la industria turística de Sinkiang por “ataques terroristas violentos.” La carta decía que representaba a las 400.000 personas empleadas directamente en el turismo de Sinkiang. Shen Qiao, el redactor jefe adjunto de la oficina de Sinkiang de la agencia oficial de noticias Xinhua, dijo que “la gente del continente siente miedo cuando se habla de Sinkiang.”

En los foros de viajes en línea, la pregunta “¿Es seguro viajar en Sinkiang?” es común. En uno de los foros, la gente escribió que era mejor ir al norte de Sinkiang – donde hay menos uigures, una etnia minoritaria cuyos enfrentamientos con la etnia mayoritaria son responsables de gran parte de la violencia y más kazajos, mongoles y otras minorías étnicas–. La violencia en Urumchi, la capital regional, y en el sur ha sido mayor.

Tan desesperados están los funcionarios de Sinkiang por atraer turistas que emitieron “tarjetas de viaje” por un valor de $3,2 millones de enero a abril, para turistas que viajan en grupos turísticos. Las tarjetas, con un valor de $80 cada una, se podrían utilizar para pagar hoteles, atracciones y productos.

Desde hace tiempo, muchos chinos tienen estereotipos negativos de los uigures, como ladrones de poca monta, por ejemplo, pero las actitudes se endurecieron después de los disturbios en el 2009 en Urumchi, que causaron al menos 200 muertes, la mayoría de etnia han.

Los uigures dicen que mucha de su ira es producto de la prolongada discriminación por parte de los han. El Gobierno culpa a los separatistas uigures de la mayoría de los ataques.

Incluso en el norte de Sinkiang, lejos del corazón uigur, trabajadores del turismo dicen que el negocio está padeciendo.

“Este año ha sido lento”, expresó Chen Yan, de 37 años, una masajista de Sichuan que trabaja cada verano en un hotel de Burqin, una ciudad principalmente de kazajos, que es la puerta de entrada al lago Kanas.

Chen dijo que había ganado cerca de $650 al mes esta temporada, en comparación con unos $1.000 al mes el verano pasado, ingresos que ayudan a mantener a un hijo de 14 años, y a un marido que trabaja en lo que encuentra, ambos en Sichuan.

Un chofer kasajo en la ciudad, Sailin, dijo: “Cada año, el negocio se pone peor.”