Comerciantes de pescado se lamentan por poca demanda pese a reducción de precios

Las ventas de pescados y mariscos se han mantenido a la baja con notoriedad este año, los comerciantes lo achacan a la situación económica de las familias

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Luis Obando Hernández se dedica al negocio de la venta de pescados y mariscos desde hace 35 años y administra dos establecimientos en San José Centro. Sin embargo, afirma que durante este año, la comercialización de estos productos ha enfrentado una caída en la demanda, a pesar de que los precios al consumidor se mantienen a la baja.

La reducción en las ventas se intensificó desde mayo, después de la Semana Santa, que es la mejor temporada del sector. Obando desestima que esta situación sea resultado de la menor oferta provocada por el fenómeno climático El Niño.

El incremento de la temperatura superficial del océano, debido a El Niño ha provocado la migración de algunas especies y generado menos disponibilidad de productos. Sin embargo, Obando aseguró que “si no hay demanda no hay fenómeno de nada”.

Manuel Reyes Acosta, quien lleva 13 años en el negocio y es propietario de una pescadería en Guadalupe, Goicoechea, se expresó en términos similares. Actualmente, su principal fuente de ingresos proviene de la venta de ceviches y caldosas, ya que la venta de pescados experimentó una disminución, acentuada por la época lluviosa que según su experiencia provoca menor consumo.

Reyes Acosta señaló que las personas no están comprando, lo que lo ha llevado a intentar mantener precios accesibles. En la actualidad, vende el kilo de filete de corvina a ¢9.500 y el camarón a ¢9.000 el kilo.

En su opinión, esta situación se debe a la situación económica de las familias, que optan por comprar pollo debido a que es la proteína más económica. Además, mencionó que la variedad más asequible de pescado que ofrece, el pez vela, tiene un costo de ¢4.500 el kilo.

Por otro lado, Obando Hernández, indicó que los proveedores aseguran que no hay mucha disponibilidad de pescado, pero también hay una falta de demanda, lo que ha llevado a los intermediarios a ofrecer consignaciones a crédito. Sin embargo, Obando ha rechazado estas ofertas en varias ocasiones por temor a quedarse con productos perecederos que son susceptibles de deterioro.

Debido a las bajas ventas, Obando se ha visto obligado a reducir sus compras de pescados y mariscos.

El último informe del índice de precios al consumidor (IPC) publicado el 6 de octubre por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) refleja que en setiembre, la variación mensual en los precios del pescado y otros mariscos fue del -0,82%, lo que representa una disminución en los precios en comparación con el mes anterior.

Además, la variación interanual, es decir, en comparación con el mismo mes del año pasado, calculada a partir de los datos del INEC, fue de -4,88%, lo que indica precios más bajos. Esta tendencia comenzó a manifestarse en octubre del 2022, pero se acentuó a partir de febrero pasado.

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Pescadores confirman menos consumo

Mauricio González Gutiérrez, director ejecutivo del Sector Palangrero Nacional, aseguró que la baja de precios se debe a la escasa demanda de producto porque no hay consumo. “El poco pescado que se logra no se está consumiendo”, indicó.

La pesca mediante el arte del palangre se realiza con líneas de anzuelos sostenidas por boyas en la superficie.

González añadió que los intermediarios están pagando menos por el precio de compra a los pescadores, lo que ha creado una situación de crisis en el sector debido a las pérdidas que esto genera.

Rubén Rodríguez, a cargo de la División de Pesca de la Asociación Cámara de Pescadores, Armadores y Actividades Afines de Guanacaste, también destacó que los precios de las variedades de consumo popular cayeron por la baja demanda.

No obstante, el pargo sigue teniendo preferencia por parte de los restaurantes, a pesar de la disminución en la oferta debido al calentamiento de las aguas. Los precios del kilo de pargo oscilan entre ¢4.500 y ¢5.500

William Sancho Campos, comerciante mayorista de pescado con 40 años de experiencia en el negocio, también confirmó la reducción en el consumo de este año. Sancho comercializa los productos en el Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (Cenada) en Heredia.

Indicó que este año ha habido una disminución notable en la producción y la demanda debido a factores económicos.

La Nación consultó al jerarca de Incopesca, Heiner Méndez, si la entidad ha realizado un análisis sobre la reducción de la demanda de productos este año, sin embargo, al cierre de esta nota no se había obtenido respuesta.

Sancho, cuyo centro de acopio se encuentra en Puntarenas, explicó que, por lo general, el consumo disminuye después de Semana Santa y hasta aproximadamente octubre, pero este año se ha observado una caída aún mayor debido a las dificultades económicas que enfrentan las familias.

Señaló que a pesar de la disminución general en las ventas, hay un segmento de consumidores que sigue comprando por razones de salud. Sin embargo, la oferta de especies pelágicas (que se encuentran cerca de la superficie) disminuyó debido a El Niño.

Por su parte, Rodrigo Alvarado Naranjo, con más de 50 años en la venta de productos del mar en el Mercado Borbón, nota la escasez del producto pero está tratando de mantener los precios para estimular las ventas. Mencionó que, aunque los precios sean altos, se esfuerzan por mantenerlos accesibles. Se abastece de un proveedor intermediario que compra en el mercado mayorista de Cenada.

Veda en el Golfo de Nicoya

Otros comerciantes que se abastecen de la zona de Puntarenas han percibido un aumento en la oferta después de la finalización de una veda en el Golfo de Nicoya. José Gutiérrez Araya, propietario de un establecimiento en el Mercado Central en San José, señaló que los precios han bajado una vez que concluyó la veda y refirió que se mantienen en altibajos.

El Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) estableció una veda total para la pesca deportiva y la pesca comercial en pequeña escala del 1.º de mayo al 31 de julio en el Golfo de Nicoya para proteger la reproducción de sardinas.

José Oviedo, quien atiende una pescadería en Moravia, afirmó que los precios se han reducido en el último mes debido a un mayor abastecimiento después de dicha restricción. En este establecimiento, las ventas se han mantenido estables, y el precio del kilo de corvina se ofrecía este martes a ¢7.000.

Por su parte, Wilber Sáenz Aguilar, administrador de otro establecimiento en el Mercado Central, indicó que los precios al consumidor han disminuido y que aún no han notado una escasez en la oferta. Los productos que comercializan provienen de Quepos, Guanacaste y Puntarenas. A manera de ejemplo señaló que para esta época del año, el kilo de corvina generalmente se ofrece entre ¢10.000 y ¢12.000, pero actualmente se vende a ¢9.000, lo que atribuye a la disponibilidad suficiente en el mercado.