La Comisión Nacional del Consumidor (CNC) multó a la cadena de supermercados Walmart con ¢4.395.000, por el incidente con clientes durante una promoción de televisores en el puesto de venta de San Sebastián, San José.
El dinero debe depositarse en la caja única del Estado.
La resolución de la CNC se tomó el 26 de junio del 2013, pero fue comunicada ayer martes.
Los miembros de la Comisión le atribuyen al negocio falta de información y publicidad engañosa, pero lo liberan de las denuncias por la modificación del precio de las pantallas planas, que inicialmente se ofrecieron a ¢17.800. El valor se cambió a ¢178.000.
En un comunicado, Walmart dijo anoche que es respetuosa de la ley y acatará, a cabalidad, lo que finalmente la Comisión resolvió.
El caso se presentó el 1.° de diciembre del 2012, en el supermercado Walmart de San Sebastián, durante la actividad que la cadena llamó “el día más barato del año”.
Algunos clientes alcanzaron a comprar el televisor al valor original, antes de que se percibiera el caso y se cambiara el precio. La variación causó la ira de otras personas y se presentaron tumultos, que terminaron con la participación de la Policía para calmar los ánimos.
Solo el lunes siguiente al día del incidente (fue un sábado), se presentaron 51 denuncias ante la CNC de clientes molestos por el trato que recibieron el día de la promoción en San Sebastián. Las quejas fueron por el cambio en el precio y por los tumultos.
Faltó detalle. La CNC determinó que los consumidores no recibieron la información precisa el día anterior al de la promoción, y tampoco el local comercial.
Respecto de la publicación del día previo a los hechos, agrega: “La publicidad en discusión deviene engañosa, en el tanto carece de datos relevantes que permitan al consumidor apreciar con objetivo discernimiento cuál es la ventaja de adquirir los artículos ofrecidos, al precio consignado en ella”.
Por otro lado, considera que a pesar de que se dio un trato desigual a los consumidores, en cuanto al precio del producto, medió una justa causa para no seguir vendiendo las pantallas RCA de 32 pulgadas a ¢17.800,00. Considerando, además, que se trataba de un precio irrisorio, desproporcionado e irracional, muy por debajo del de mercado para este tipo de artículos.