Chinamos navideños sobreviven pese a la lluvia y a los grandes almacenes

Comerciantes aseguran que el mal tiempo y la oferta prematura de artículos de Navidad afecta sus ventas

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San José.

Opacados por las grandes cadenas de almacenes y por las lluvias que castigan sus ventas, los chinamos navideños apenas sobreviven este año, aseguran estos comerciantes.

Las municipalidades otorgaron menos permisos y en la calle se ven menos.

"Es que sacan las cosas de Navidad desde muy temprano", dice un vendedor de uno de estos sitios en Moravia, refieriéndose a los supermercados y tiendas por departamento, aterradas de artículos chinos con descuento durante casi toda la temporada.

Esferas, árboles, portales, figuras de cerámica o plásticas para el portal, pastoras y lucecitas son algunos artículos que se consiguen en estos locales cuya oferta es similar a la de las grandes tiendas, solo que con una imagen más criolla, más nostálgica.

Todo viene de China o de Panamá; los únicos artículos locales son los tradicionales venados, casitas de portal y una que otra figura de cerámica o plástica.

Estos comercios improvisados son cada vez más grandes. Es solo de darse una vuelta por los centros de las principales ciudades del Valle Central para evidenciarlo.

Jonathan Jiménez, del chinamo El Moradito, en San Joaquín de Flores de Heredia, lamenta, desde su local ubicado en el estacionamiento de otro negocio, que tenga que competir con los grandes almacenes: "ya al pequeño contribuyente no le alcanza", afirma.

Otros abandonaron sus lugares tradicionales, como el que se ubicaba diagonal al centro comercial Paseo de las Flores en esa misma provincia.

Según datos de la Municipalidad de Heredia, en el año 2015 se otorgaron 10 permisos para la venta de pólvora y cinco de ventas navideñas, pero este año se tramitaron solo ocho y tres, respectivamente.

En Cartago, solo hay un permiso para este negocio, lo mismo que en San José centro.

En la ciudad capitalina, se otorgó una patente para la venta de árboles y nueve para pólvora. El año pasado se autorizó la apertura de dos locales para los árboles y 17 para la pólvora.

En Goicoechea son más insistentes, ejemplo es el tradicional chinamo en el parque de la iglesia de Guadalupe en el centro de esa ciudad, donde trabaja don Wálter Betrano, quien se queja de la economía y de las lluvias pero aún así ha mantenido abierto desde el 1.° de noviembre.

Andrea Garro, una chinamera de San Pablo de Heredia, también cree que las lluvias no están levantando el negocio. Espera que las condiciones mejoren para que las ventas sean buenas, aunque sea hasta el 15 de diciembre porque después de esa fecha, es más difícil vender.

Betrano también atribuye las bajas ventas a la economía del país, que no ha estado muy bien, según dice, y que deprime al consumidor.

Según el índice de confianza del consumidor (ICC) del último trimestre del año, elaborado por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, ni la llegada del aguinaldo mejoró la confianza de los consumidores que se encuentra estancada respecto al trimestre anterior.