Carrera del cierre

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AbogadoEs bien sabido que existe una obligación, de rango constitucional, que impone a los habitantes del país la carga de contribuir con los gastos del Estado. Pagar impuestos no es algo agradable, pero las personas llegan a aceptarlo como algo necesario.

El tema se pone todavía cuesta arriba cuando el gobierno anuncia que impulsa un plan fiscal para aumentar unos impuestos y crear otros nuevos. La pregunta es, entonces, ¿por qué hay que pagar más impuestos? Queda claro que los tributos surgen y se incrementan porque cada día se requiere más dinero para solventar el gasto público. Pero ¿no existen otras alternativas? El pueblo tiene su propia percepción del problema y muchos de los argumentos que se escuchan tienen una fundamentación razonable.

El problema es que gran cantidad de contribuyentes evaden los impuestos, ¿no sería más adecuado fortalecer los mecanismos de cobro antes que incrementar, por ejemplo, el impuesto de ventas? Si se reducen los productos de la canasta básica que no pagan impuestos, de 300 en la actualidad, a solamente 50, con la reforma, ¿no se está perjudicando a los más pobres cuando el verdadero problema es la evasión de los más ricos?

Imponer impuestos a los servicios de salud y educación privada también genera sus dudas: si cada persona que acude a un médico privado le ahorra gastos al sistema de seguridad social del Estado, ¿cómo es que en respuesta a ese ahorro se crea un nuevo impuesto?

Lo mismo vale en cuanto al sector educación: cada niño, niña o adolescente que acude a una escuela o colegio privado, le ahorra recursos al Gobierno, pues significa un alumno menos en el sistema educativo público.

¿Por qué entonces ponerles un impuesto a las familias que con su esfuerzo le están ahorrando dinero al Ministerio de Educación Pública?

Si frente al nuevo impuesto las familias no pudiesen pagar la educación privada y optan por matricular a sus hijos en las escuelas y colegios públicos, ¿ganó más dinero el Estado o más bien tendrá un déficit mayor?

Son preguntas razonables, de gente razonable; ¿qué respuestas les brindará el Gobierno?