Roma. EFE y AP El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, firmó el plan de ajuste económico y lo remitió al presidente de la República, Giorgio Napolitano, para que lo evalúe, informó el sábado en un comunicado la presidencia del Consejo de Ministros.
Berlusconi, sin embargo, dijo días antes a los periodistas que sería firmado una vez que Napolitano diera su consentimiento.
El pasado día 25 el plan anticrisis fue aprobado por el Consejo de Ministros con dos ejes principales: la lucha contra la evasión fiscal y el recorte del gasto público con un ahorro de 24.000 millones de euros entre el 2011 y el 2013.
Un plan con el que Italia se une a otros países europeos como España, Reino Unido, Portugal o Grecia en su objetivo de reducir su déficit y relanzar sus economías, con el fin de devolver la confianza a los mercados.
A la espera. Sin embargo, el plan no ha sido presentado en detalle a los medios de comunicación, que a diario recogen las disposiciones que se van filtrando.
Por ejemplo, el sábado los medios italianos destacan que el plan prevé un recorte económico significativo en 232 institutos y entidades culturales italianas de amplio renombre.
La firma de Berlusconi fue duramente criticada por el exmagistrado Antonio Di Pietro, quien ha asegurado que “no se puede implicar al presidente Napolitano en un plan del que todavía no se tienen las líneas definitivas”.
También la oposición, a través del jefe del Partido Demócrata Andrea Lulli, dijo en una comisión del Parlamento que “Berlusconi debe decir qué está escrito en el texto presentado el sábado en el Palacio Quirinale (de Napolitano) y asumir su responsabilidad”.
“La derecha –añadió– ha mentido al país durante dos años sobre la crisis. Berlusconi, Tremonti (Economía) y Bossi (Liga Norte) han mentido a los italianos sobre la real situación económica del país” .
Agregó: “Esta situación ha agravando la crisis y ahora promulgan un plan que no apoya al desarrollo. La cuenta la tienen que pagar los evasores de impuestos y las rentas más altas”.
Días antes, en una reunión en París, Berlusconi parecía dubitativo respecto a las medidas que su país debía adoptar.
Así lo expresó el Primer Ministro cuando hizo eco de unas palabras del exdictador Benito Mussolini: “Todo lo que puedo hacer es decirle a mi caballo que vaya a la izquierda o a la derecha. Ese es mi poder”, afirmó .
Y volviendo a citar a Mussolini, repitió: “Dicen que tengo poder. No es verdad. Quizás los funcionarios de mi partido lo tienen”.