Fernando Naranjo, exgerente del Banco Nacional, denunció presiones de directivos y del Gobierno

Dice que el Ejecutivo coaccionó para que la entidad le comprara más bonos de deuda pública

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El exgerente del Banco Nacional (BN), Fernando Naranjo, denunció ayer que recibió presiones variadas de tres directivos recién ingresados a la entidad, así como del Gobierno, en este caso para aumentar la compra de bonos de deuda pública.

Las declaraciones surgieron en la comparecencia de Naranjo ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa, desde el mediodía hasta las 2:44 p. m., en medio de preguntas de los diputados.

Inicialmente, el exgerente fue citado para hablar de las críticas de la Contraloría General de la República a los beneficios adicionales que reciben los empleados bancarios. Naranjo no solo defendió el actual sistema de compensaciones, sino, además, su salario que, dijo, era de ¢17,6 millones al mes, más bonificaciones por rendimiento.

Sin embargo, al declarar –y luego al hablar con la prensa– reiteró sus denuncias acerca de las presiones, sin decir directamente que eso provocó su renuncia, el pasado 25 de enero. Su salida estaba para el 1.° de marzo, pero fue efectiva el 11 de febrero.

Naranjo reconoció que la situación se desbordó cuando los directivos le negaron tres días de vacaciones que pidió para asistir a un compromiso internacional.

Tensión interna. Según Naranjo, sintió la relación tensa con tres de los directivos, sin dar nombres.

Ante insistencia de la prensa, admitió que el problema se dio en los últimos ocho meses y que se trata de directivos nuevos. En junio pasado, el Gobierno nombró a cuatro de los siete miembros de la Junta Directiva de esa entidad.

Parte de las anomalías, señaló, fue que en seis meses los directivos le exigieron entregar unos 42 informes. “Absolutamente todo lo de la administración anterior fue investigado”, concretó.

La dirección de Relaciones Institucionales del BN dijo ayer que la Directiva del Banco Nacional no se referirá al asunto.

Presión política. Naranjo también dijo que, a inicios de diciembre pasado, el Gobierno presionó para que el Banco adquiriera más bonos de deuda pública.

Ante ello, reclamó por el supuesto uso de los bancos del Estado como caja chica del Gobierno.

El ministro de Hacienda, Helio Fallas, explicó que el 3 de diciembre del 2014 se publicó una directriz dirigida a bancos y entidades públicas para pedir un manejo más apropiado de las inversiones. Su objetivo, agregó, “no es presionar para que se nos coloque (bonos), sino para evitar aumentos excesivos en tasas de interés”.

Asimismo, Naranjo atacó lo que llamó “voracidad fiscal”, al hablar de una deuda de ¢40.000 millones que Tributación le reclama al BN por impuesto de renta. El conflicto surge por diferencias en el mecanismo para calcular y pagar ese tributo.