La actividad agropecuaria acaparó la mayoría de los recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) al cierre del año pasado.
A este sector productivo del país se le colocó el 56,2% del saldo de crédito del sistema, es decir, ¢154.197 millones, según los datos brindados por el SBD, a solicitud de La Nación .
Los servicios se ubicaron en el segundo lugar de importancia con el 19,2% del saldo acumulado de la cartera de crédito, lo que significó ¢53.903 millones al cierre del 2016.
El SBD cerró, el año pasado, con un saldo acumulado de colocación de préstamos formalizados de ¢277.614 millones.
Miguel Aguiar, director de Banca para el Desarrollo, dijo que la actividad agropecuaria lidera la colocación porque la Ley del SBD lo plantea como un sector prioritario.
“La ley establece que al menos el 40% de los recursos del sistema deben estar en el sector agropecuario, salvo que no haya demanda”, enfatizó Aguiar.
Agregó que detrás de dicho objetivo hay una lógica porque cuando se creó el Sistema, en el 2008, los recursos del patrimonio eran de todos los fideicomisos agropecuarios que operaban en ese momento.
Banca para el Desarrollo está conformada actualmente por cuatro fondos productivos que se financian con el pago de los créditos colocados, el 5% de las utilidades de los bancos públicos y el peaje bancario impuesto a las entidades privadas.
El Sistema cuenta con 51 entidades autorizadas para colocar los recursos entre cooperativas, bancos y microfinancieras.
Créditos
El SBD cerró el 2016 con 30.318 créditos formalizados de los cuales se fueron 15.978 al sector agropecuario.
Luego, siguen el sector comercial, con 6.569 operaciones crediticias; los servicios, con 4.325, y transporte, con 1.213.
La información de Banca para el Desarrollo muestra que cada operación de crédito otorgada, el año pasado fue, en promedio, de ¢5,9 millones.
La región Central reportó el 46,2% del saldo acumulado de recursos prestados seguido de la Huetar Norte, con el 20% y la Chorotega, con el 12%.