¿Por qué el proyecto de ley?
El proyecto de ley lo que hace es dar herramientas al Banco Central para que pueda poner recargos o encajes a los flujos con fines que no requerimos. Sería un porcentaje de los fondos que ingresan que debería ir al Banco Central sin remuneración. Es decir, si usted como país recibe $100 y se tiene que dejar $10, el inversionista solo puede invertir $90 y el rendimiento sería sustancialmente menos. Debe ser suficientemente flexible porque las situaciones económicas cambian a través del tiempo.
¿Cómo van a identificar cuál es el capital especulativo?
Están trabajando en eso. Obviamente, eso no sería para inversiones reales y para el capital de trabajo de las empresas. En el reglamento de la ley se va a incluir. Serán los capitales que vienen del extranjero a aprovechar el diferencial tan grande que hay entre tasas internacionales y las tasas en colones.
¿A partir de qué monto se van a activar esas medidas?
Hay gente que ha trabajado en eso en otros países y esos son los que van a asesorar al Banco Central. Chilenos, uruguayos y brasileños lo han vivido y lo siguen viviendo. Está claro que el depósito de la tía que vive en Nueva Jersey, que envío $1.000' eso sería irrelevante.
¿Qué tipo de instrumentos de inversión serían más fáciles de abordar?
Sencillamente, los que tienen origen externo. No tiene que ser un fondo de inversión. Puede ser un viejo que tenga muchísima plata en el extranjero y quiera hacer esa inversión sin ser residente en el país, pero finiquitamos los detalles.
¿Por qué los tomó por sorpresa esta arremetida de capital especulador?
No nos tomó por sorpresa. Más bien en octubre nos preguntábamos por qué no nos habían descubierto; bueno, cuando lo hicieron entraron rápidamente (...) Hasta ahora no teníamos los elementos para ver cómo se hacen estas cosas. Esto nunca se había hecho en Costa Rica. Lo que nos tomó por sorpresa fue la magnitud de estos elementos. La velocidad con que descubrieron a Costa Rica es lo que nos está impactando.