Productores de palma africana ‘cosechan’ altos precios internacionales contra todo pronóstico

Alzas en costo del petróleo seguidas de la guerra en Ucrania se conjugaron para disparar la cotización del aceite de palma que Costa Rica envía, principalmente, a Norteamérica y la Unión Europea

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Los productores de palma africana en Costa Rica experimentaron más de seis años de precios bajos a los que se pagaba la fruta y el aceite, principal derivado de dicho cultivo que exporta el país. Pero una serie de factores mundiales, difíciles de prever, se conjugaron para determinar las cotizaciones internacionales más altas de la última década, lo que ha favorecido a varias empresas costarricenses dedicadas a esta actividad e incluso a pequeños productores.

Actualmente, según el portal de la empresa productora M.P. Evans Group, de Indonesia, que cotiza en la bolsa de Londres y que sirve como una de las referencias de mercado, el precio internacional de la tonelada de aceite de palma se ubica en $1.710, es decir, hasta $1.156 (+208%) por encima de lo que se reportaba para finales de mayo del 2020, cuando el precio se encontraba alrededor de los $554.

La senda al aumento la cotización de este aceite, utilizado como materia prima para cientos de procesos industriales y productos derivados, comenzó a mediados de junio del 2020, con la intensificación de la pandemia a nivel mundial y el aumento en los precios del petróleo.

Más recientemente, la guerra entre Rusia y Ucrania impactó de manera positiva al precio de la palma, ante la disminución en el flujo comercial del aceite de girasol, un producto producido de forma significativa por los ucranianos. También, se suma la prohibición momentánea que anunció Indonesia de exportar aceite de palma, para asegurar su autoabastecimiento.

La fruta como tal, se cotiza en el mercado costarricense de acuerdo a lo que dicten los precios internacionales. Por esto, los productores están recibiendo montos muy por encima de los que se recibían en años anteriores.

“Los precios aumentaron en el 2021 en una forma casi abrupta, inesperada. Ni siquiera estaba proyectado por los expertos (...); además, la palma ha salido a relucir como una gran alternativa para los productos sustitutos del petróleo”, comentó Manuel Alvarado, presidente de la Cámara Nacional de Productores de Palma (Canapalma).

Precio al alza

El precio internacional del aceite de palma comenzó a subir desde el 2020 y en el 2022 alcanzó el nivel más alto de los últimos cinco años.

FUENTE: M.P Evans Group.    || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Según los informes de la Cámara, los pagos por tonelada de fruta oscilaban entre los ¢42.000 y ¢47.000 en abril de 2019; mientras que para este año los precios están entre ¢160.000 y ¢175.000 para el mismo mes. En el país hay dos grandes compradores de palma, Coopeagropal y Palmatica.

Mario Mora, pequeño productor de la zona sur, lleva en la actividad más de 30 años y explicó que los precios que reciben por la fruta desde el año anterior son los más altos que han experimentado, por lo menos en el último lustro.

“El problema es que dependemos de un precio internacional; no es que si me costó cierta cantidad producir puedo vender en otro cierto costo, si no que el productor tiene que jugar con que produce y la oferta le dice ‘se lo pago a tanto’, se topa uno con algunos tiempos donde el precio le ayuda un poquito pero en otros apenas para ir comiendo como dicen”, contó Mora.

Así lo confirmó también María Isabel Montero, otra de las pequeñas productoras de la zona sur beneficiadas por las variaciones y quien lleva 15 años en este cultivo, luego de cambiar su actividad de subsistencia de ganado a palma. “De febrero para acá ha subido bastante el precio, antes estábamos muy bajos, se ha estabilizado. Cuando lo sembré estaba bien el precio”, contó la agricultora.

Cultivo de muchos cuidados

Ambos productores explicaron que si bien el costo de la fruta reporta aumentos significativos, se contrarresta por el impacto de los altos costos de materias primas y los fertilizantes requeridos para aumentar la productividad del cultivo.

A los precios de los químicos requeridos se suma que el cultivo no es fácil de mantener, es vulnerable a diversas plagas que afectan su productividad durante tiempos prolongados y el clima puede jugar malas pasadas. Justamente, hace algunas semanas, Montero vio una merma en la productividad de su finca y hasta ahora está madurando un poco más para poder comercializar la próxima cosecha sin problema.

Por esos factores y, principalmente por el bajo precio internacional que mantuvo por tanto tiempo, en los últimos cinco años el cambio en la cantidad de hectáreas cultivadas con palma “es prácticamente imperceptible”, según explicó Joaquín Torres, coordinador nacional de Palma Aceitera del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

A partir del 2019, la cantidad de hectáreas cultivadas presentan una leve disminución y pasaron de 76.920 a 76.310, para el 2021.

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“Durante este periodo principalmente se han realizado resiembras de algunas plantaciones con edades mayores a 30 años. Para el 2018, Costa Rica poseía 76.860 hectáreas y en la actualidad se estima una ligera disminución de 500 hectáreas, que corresponden a fincas que fueron abandonadas o erradicadas, en su mayoría en la Región Huetar Caribe”, explicó el funcionario.

Además del bajo valor que se le ha dado a la fruta, los cultivos en el país se vieron afectados por plagas como el insecto de la sagalassa y el “mal de la flecha seca”, lo que disminuyó significativamente la productividad de las fincas.

Pese a que actualmente podría considerarse una “época de bonanza” para la producción de palma africana, Mora resaltó que es un sector que necesita mayor apoyo gubernamental y económico, para mejorar la eficiencia de las hectáreas cultivadas.

Asimismo, tanto Alvarado como Torres aseguraron que la palma es un producto agrícola por el cuál el país debe seguir apostando, pues es una siembra clave tanto para la industria alimentaria ―que produce margarinas, confiterías, mantecas y aceites para freír a raíz del líquido― como para la creación de productos alternos a las materias primas convencionales.

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El país exportó alrededor de $225 millones en aceite de palma durante el 2021, con Estados Unidos como principal mercado. Asimismo, la Unión Europea se ha convertido en un comprador importante durante los últimos cinco años, pasando de $1,9 millones, en el 2016, a $60 millones en el valor adquirido por el producto. En el 2020, el total fue bastante menor, con $153 millones.

El funcionario del MAG resaltó que desde el 2019 se creó la Comisión Nacional de Palma Aceitera, un espacio de articulación interinstitucional público-privado que busca promover mejoras en la gobernanza de la actividad. “En función de este plan, se ha priorizado la promoción de un mejoramiento a nivel productivo, pero no el incremento del área cultivada”, explicó Torres.