Estudio de UCR recomienda instalar una subasta hortícola en Cartago

El analisis establece que ese sistema de comercialización beneficiaria a 580 agricultores y a 228 compradores mayoristas

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San José.

Una subasta de productos hortícolas en Cartago podría movilizar 53.000 toneladas métricas de productos al año, con un valor de ¢17.000 millones en transacciones mayoristas.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por el Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (Cieda), de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Ese documento sostiene que una subasta en la zona permitiría un intercambio más directo de los agricultores con los compradores mayoristas a precios transparentes.

La iniciativa beneficiaría a unos 580 agricultores de los 5.000 detectados por sus labores en la producción en la zona de influencia de Cartago, explicó Gerardo Cortés Muñoz, coordinador general del estudio. Además, se estima un potencial de unos 280 compradores mayoristas, reveló la investigación, presentada en cinco capítulos y en un documento de cerca de 800 páginas.

La investigación tuvo un costo cercano a los ¢120 millones, procedentes del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), de una contrapartida de la UCR y aportes de la Pastoral Social de la Tierra de la iglesia de Cartago. Sus resultados se divulgaron la tarde de este miércoles 17 de mayo, en la sede de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la UCR.

Cortés explicó que entre los compradores potenciales identificados están hoteles, restaurantes y grupos o cadenas de supermercados que, aunque pareciera tienen resuelto el tema de los proveedores hortícolas, pueden tener un nuevo y novedoso sistema adicional en la subasta.

El estudio identificó al menos 20 productos cosechados en la zona de infuencia de Cartago, desde la parte alta de la provincia, pasando por la parte baja y el este (Ujarrás, Paraíso) y hasta las cercanías del Cerro de la Muerte. Entre los principales están chayote, brócoli, cebolla, papa, coliflor, zanahoria, lechuga, vainica, pepino y mora.

Aparte de una cotización transparente y del pago inmediato, la subasta tendría como beneficios la trazabilidad (identificación clara del origen) e inocuidad de los productos, algo que se estima fundamental en este tipo de mercados.

El presidente de la Cámara Nacional de Productores de Papa, Fabián Segura, dijo que es una propuesta muy interesante, la cual tienen que analizar con más detalle.

Recordó que las cadenas de supermercados están cada vez más acaparando la comercialización mayorista de productos hortícolas y que el Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (Cenada) es de mucha ayuda, pero ahora solo representa cerca del 30% del comercio total y ha perdido fuerza como referente, por ejemplo en precios.

La subasta se iniciaría a un estilo presencial, es decir, con los productos, los vendedores y los compradores en un local, pero se pretende convertirla poco a poco en un esquema electrónico.

Inversión

La inversión estimada del proyecto es de ¢4.177 millones, incluyendo desde la compra de un terreno recomendado de 3,5 hectáreas. La nave central tendría un área de 3.000 metros cuadrados y contaría con calles de acceso, área de descarga, áreas de estacionamiento y otras comodidades.

Según Cortés, se identificaron dos zonas posibles para la instalación de la subasta, como La Chinchilla, carretera hacia Cot y Pacayas, y la otra en La Lima. La última recomendación se inclinó por La Lima, donde hay varios terrenos propiedad de entidades estatales que se podrían utilizar, según Cortés.

Los agricultores y compradores llegarían al sitio no solo a tranzar sus productos, pues el complejo les permitiría servicios adicionales bancarios (permite bancarizar al sector agrícola), seguro de cosechas, pólizas de seguro, alimentación, transporte, refrigeración y transporte de valores, entre otros.

Los investigadores recomendaron aplicar la figura de la cooperativa para el grupo que administraría la subasta hortícola. De esa manera se podría tener acceso a recursos del sistema cooperativo para su financiamiento, aparte de eventuales aportes del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), de bancos estatales y de otras fuentes.

La idea de la subasta hortícola nació de un grupo de agricultores que inicialmente la planteó ante el despacho del ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Luis Felipe Arauz, narró Cortés.

El tema llegó a la Escuela de Economía Agrícola de la UCR, donde creció el interés. El grupo de productores surgió de la Pastoral Social Agrícola de la iglesia católica de Cartago, entidad que ha acompañado todo el proceso.

Se hizo un planteamiento técnico de la iniciativa en la UCR y posteriormente se consigió financiamiento del SBD para realizar el estudio de factibilidad que fue presentado la tarde de este miércoles.