Hernán Medford dice que ha cambiado, que ya no tira la gorra, que ya no pelea por todo, que su madre lo regaña cuando lo hace y que la salud tampoco aguanta andar de una calentura a otra. Medford casi lo demuestra en esta entrevista, en la que solo una pregunta le quitó la tranquilidad, según él mismo confiesa.
Habló con buen ánimo de su carácter, de sus dos matrimonios truncados, de sus éxitos y fracasos. El dos veces campeón nacional con Saprissa, una vez campeón de Concacaf y tercer lugar en el Mundial de Clubes, se inmuta poco con preguntas difíciles, hasta que llega el momento de hablar de su paso como técnico de la Sele.
Entonces sale a relucir la poca paciencia que le tuvo la dirigencia y la prensa. Asoma el enojo cuando se le dice que su rendimiento fue menor al 50% en más de 20 juegos. Lanza en su defensa que se trataba de juegos amistosos, donde los técnicos prueban, y advierte que con él Costa Rica hubiera ido a Sudáfrica 2010.
Al final, reconoce que la pregunta lo molestó, pero termina la entrevista sonriente. Quizás Medford sí ha cambiado.