¿Recuerda cómo se dio el nombramiento de Jacobson?
No, no recuerdo ninguna circunstancia especial, es un trámite que, conforme a la ley, realiza la Cancillería y eleva al presidente de la República. La Cancillería no lleva a cabo ningún nombramiento sin antes hacer una investigación exhaustiva de la persona que se pretende nombrar.
¿Alguien le habló de él?
Él fue recomendado por una amiga y colaboradora de mi buen amigo el presidente de Israel, Shimon Peres.
¿Conoce usted personalmente al señor Jacobson?
Creo que no, pero la verdad es que no lo recuerdo. Lo que sí le puedo decir categóricamente es que no es amigo, ni conocido cercano. A quien sí conocí es a la persona que lo recomendó.
¿Por qué lo nombró?
Como lo dije, la Cancillería lo nombró y eleva la designación al presidente de la República. Supongo que demostró su idoneidad. Entiendo que, por los atestados que presentó , él demostró ser una persona bien relacionada con la comunidad política y empresarial de Canadá, y eso le interesaba al Gobierno para atraer inversión canadiense.
¿Estaba al tanto de los procesos legales contra el señor Jacobson en Estados Unidos?
No, por supuesto que no. El procedimiento ordinario de la Cancillería incluye un proceso de debida diligencia para revisar referencias y antecedentes personales, previo a cualquier nombramiento. Es evidente que, al momento en que la Cancillería hace el estudio correspondiente, no existía ningún proceso legal en su contra.
¿Sabía usted, cuando lo nombró, que el señor Jacobson había donado dinero a la Fundación Arias un año atrás?
No recuerdo haber estado enterado en ese momento. Yo solo soy el fundador de la Fundación Arias y doné el dinero percibido por el Premio Nobel de la Paz para los fines del desarme, la paz y el desarrollo humano.