Una cadena de tropiezos dio al traste con el proyecto para construir una planta hidroeléctrica en la cuenca del río Grande de Tárcoles, y dejó al Banco Nacional en riesgo de perder más de $30 millones y a cientos de personas sin empleo.
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) decidió abrir el trámite para romper el contrato de compra de energía con la empresa Hidrotárcoles, responsable de desarrollar la obra.
La decisión del ICE surge luego de que la compañía de capital costarricense incumpliera con el plazo para construir la planta y entregarle la energía eléctrica, hecho pactado para agosto anterior.
Para esa fecha la construcción de la generadora, ubicada entre los cantones de Atenas y Turrubares, apenas alcanzaba un 25% de avance.
En julio, el Instituto comunicó a la compañía su intención de dar por terminado el contrato y le otorgó cuatro meses para que hiciera una propuesta viable para salvar el proyecto.
Al no lograr una alternativa satisfactoria, emprendió el debido proceso.
José Joaquín Chacón, representante de Hidrotárcoles, argumentó que el plazo de tres años establecido por el ICE para conseguir el financiamiento, los permisos y desarrollar la obra, es insuficiente.
No obstante, la empresa aceptó esas condiciones desde el momento en que firmó el contrato con el Instituto, en 2012.
En medio de la polémica está el Banco Nacional, que financia el 70% del costo de la obra, con un crédito de $117,5 millones.
El proyecto total está estimado en $167,3 millones. El 30% ($49,8 millones) lo aporta los inversionistas.
Dicho préstamo se formalizó cuando el proyecto ya contabilizaba dos años de atraso y cuando faltaban requisitos como los permisos de construcción y compra de terrenos.
Gerardo Ulloa, subgerente general de Banca Corporativa y Desarrollo del Nacional, dijo que del monto del préstamo se desembolsó el 18% ($21,5 millones).
Empero, en una comunicación de la empresa Hidrotárcoles con el ICE, sobre las consecuencias generadas por la paralización de la obra, se señala una “pérdida” para el Banco Nacional de $37,4 millones. Parte de ese monto ($20 millones) fue girado para adquirir las turbinas.
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Dicho monto está en riesgo, pues el principal respaldo que tiene el crédito es la propia planta y la futura venta de energía al ICE.
En un comunicado emitido ayer, el Instituto indicó que no tiene ninguna responsabilidad en el asunto del financiamiento, pues es un contrato particular entre el Banco Nacional e Hidrotárcoles.
Alternativas. El subgerente del Nacional dijo que están buscando opciones para recuperar la inversión. Una de ellas es encontrar a otro desarrollador. Podría ser una cooperativa de electrificación rural o alguna distribuidora eléctrica. Ulloa restó importancia a que se otorgara el crédito pese a que faltaban permisos, terrenos e Hidrotárcoles no había cumplido con varias condiciones puestas por el propio banco. Uno de esos requisitos era lograr que el ICE le otorgara una extensión del plazo contractual.
“No es absolutamente indispensable para nosotros que los permisos municipales estén listos para aprobar. (…). Tampoco los terrenos”, añadió Ulloa.
No obstante, en créditos como por ejemplo, para construir una casa, el BN sí exige como parte de los requisitos los permisos con el visado municipal.
Por su lado, Hidrotárcoles informó este martes de que espera se siga el debido proceso, “el cual esperamos sea respetado en todos sus extremos para determinar la verdad real de los hechos de un proyecto catalogado de interés público y conveniencia nacional por el Poder Ejecutivo”.