El paso de un privado a un científico público

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El enfoque en la ciencia y la matemática de los colegios científicos estatales y su alta exigencia han incentivado a que estudiantes de colegios privados interesados en ramas de la ingeniería opten por ellos.

Ese es el caso de una de las hijas del propio ministro de Ciencia y Tecnología, Alejandro Cruz, según él mismo lo relata. Sus dos hijas asistieron al Colegio Científico de Cartago.

Una de ellas dejó el Colegio Metodista, un centro privado –ubicado entre los 20 mejores colegios en admisión a la UCR y rendimiento en el examen de aptitud de ese centro en los ránquines de La Nación – para pasar a la modalidad científica pública.

“Del Metodista no puedo decir que sea un mal colegio, pero mi hija no se sentía enfocada en su desarrollo académico. Sentía una dispersión de sus intereses y el científico logró ese enfoque”, sostuvo Cruz.

Por su parte, el abogado y precandidato del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Pedro Muñoz, optó por un modelo científico privado de colegio para sus hijos, y los matriculó en el Colegio Científico Bilingue Sagrada Reina de los Ángeles.

Ese es el centro privado con mayor porcentaje de admitidos en la UCR, según el ranquin que hoy publica este medio.

¿Más científicos? Para el ministro Alejandro Cruz, es necesaria la existencia de más centros de este tipo y fomentar el conocimiento técnico y científico del país.

Juan Meneses, ejecutivo institucional del Colegio Científico de Costa Rica, en Cartago, con sede en el Instituto Tecnológico, considera que hoy los colegios científicos ya satisfacen la demanda social, pero acepta que esta educación debe ser fortalecida.

“El país requiere una mayor alfabetización científica y tecnológica. Las universidades, tanto públicas como privadas, se beneficiarían si recibieran más estudiantes graduados de los colegios científicos”, consideró Meneses.