Ana Lorena Brenes: "Las decisiones no se toman para quedar bien o mal"

En conversación con La Nación, la jerarca de la Procuraduría defiende el aporte de esa entidad a la transparencia en el sector público

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Ana Lorena Brenes es enfática al defender la labor de la Procuraduría de la Ética y asegura que en los últimos años esta dependencia ha contribuido a reforzar la conciencia ética de los ciudadanos.

“Esa conciencia, esa introducción de criterios que se ha realizado en los últimos años, es importantísima. No se puede reducir la labor de la Procuraduría de la Ética a la emisión de estos informes y si han concluido con una sanción o no”, consideró.

En casi cuatro años, solo siete informes por faltas éticas han terminado en sanción. ¿Falla la Procuraduría en su análisis o la Administración es desobediente?

El tema es mucho más complejo que eso. Yo no lo veo como un fallo de la Procuraduría de la Ética. Eso es lo que el ordenamiento jurídico nos permite hacer. La Administración es responsable de determinar si abre o no el procedimiento administrativo y si, finalmente, llega a sancionar o no. Hay que hacer reflexiones en el sentido de si la Administración sabe seguir un procedimiento administrativo sancionador.

¿Usted cree que no sabe seguir los procedimientos?

Sí; hemos sentido que hay una falta de conocimiento dentro de la Administración de cómo hacer bien los procedimientos administrativos.

Sin embargo, hay casos en los que los procedimientos no se abrieron y otros fueron abandonados ¿Desobedecen las instituciones públicas?

La Administración, si no hace ninguna valoración, es desobediente.

¿Por qué las faltas éticas que encuentra la Procuraduría no las encuentran los responsables de las instituciones al analizar los casos?

La respuesta la tiene la Administración de por qué ellos consideran que no. Yo le puedo indicar por qué nosotros consideramos que sí en esos informes. Es importante señalar que el trabajo de la Procuraduría no es únicamente emitir estos informes. La labor preventiva y de consulta es importante. Aun cuando no se esté sancionando o abriendo procedimientos, sigue siendo importante que la Procuraduría señale elementos para que la Administración los valore. Yo no menospreciaría la labor de la Procuraduría porque, al final, el funcionario no fue sancionado.

¿Qué se logra con señalar posibles faltas éticas si eso no se traduce en sanciones?

Se logra ir creando una conciencia de que hay que aplicar los principios éticos. Creo que ese trabajo se está haciendo. En muchos casos es importante la discusión de si una conducta es reprobable o no.

Una función de la Procuraduría de la Ética es incrementar la ética ¿Esa meta se ha cumplido?

Esa meta se ha cumplido. Hay que seguir trabajando, no es un tema acabado; es más, sinceramente creo que es un tema que nunca va a acabar. Esa función hay que seguirla a lo largo de los años. Eso no se logra de la noche a la mañana.

Ustedes señalaron faltas éticas del ministro Leonardo Garnier y del vicepresidente Luis Liberman. La presidenta los absolvió ¿Cree que fue la decisión correcta?

Yo no puedo valorarla porque no puedo sustituirla.

Pero como ciudadana sí puede hacer una valoración.

Es una decisión que no se comparte, pero que se respeta.

¿Considera que Garnier y Liberman incurrieron en faltas éticas?

La Procuraduría de la Ética rindió el informe correspondiente y ese informe es compartido.

¿Cuánto pesa la opinión pública en los informes que emite la Procuraduría de la Ética?

Para tomar la decisión no puede pesar. La decisión se tiene que tomar objetivamente dentro del marco de nuestras competencias. Ya la Procuraduría, por sus funciones anteriores, tiene la madurez para saber que las decisiones no se toman para quedar bien o mal.