Albino Vargas: ‘La Asamblea solo tiene ocurrencias’

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La mayoría de los incentivos se han aplicado sin estudios técnicos y solo como un mecanismo para mejorar el salario. Esto provocó que las instituciones implementaran pluses como plan para retener a su personal.

En su criterio, ¿debe continuar este modelo?

Lo primero que debe hacerse es dejar de mezclar la discusión de salarios con el déficit fiscal.

No la estoy mezclando, estoy preguntando por los pluses.

Con mucho respeto, ustedes, como medio de comunicación, expresan una posición ideológica que ha quedado clara en esta discusión del empleo público.

Dejemos la discusión del déficit y enfoquémonos en la forma cómo se han creado esas políticas salariales.

Todo este sistema salarial tan diverso del sector público, empezó desde 1949 cuando se incumplió la norma constitucional de que Servicio Civil regía para todo el mundo. Tenemos un problema de siete décadas.

Este desorden con que se han establecido incentivos ha creado unas brechas salariales muy amplias dentro del Gobierno Central, ¿qué proponen para democratizar el sistema?

Muy cierto, en materia salarial en Costa Rica existen empleados de primera, segunda, tercera y hasta de cuarta en el mismo Gobierno Central. Pero, para empezar, esta discusión tiene que salir de la Asamblea Legislativa. Debe pasar a la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público y, a partir de ahí, desmenuzar y hacer los abordajes pertinentes, según esa sucesión de hechos históricos y esas creaciones institucionales. Para mí, lo más aberrante es tratar de resolver esto del Gobierno Central con esa ley de empleo público que tiene doña Sandra Piszk (diputada del PLN) en el Congreso.

Lo cierto es que cualquier reforma debe pasar por la Asamblea porque ahí nacieron las leyes que crearon muchos de esos sobresueldos.

Claro, pero no es lo mismo hablar con ocurrencias porque en la Asamblea no hay estudios técnicos ni cuantificaciones de cuántos puntos del producto interno bruto (PIB) o del presupuesto nacional representa una u otra reforma. Son puras ocurrencias.

Independientemente de la discusión en el Congreso y el matiz político. Hoy día tenemos 113 incentivos en el Gobierno Central que consumen un 10% del Presupuesto Nacional. ¿Qué están dispuestos a ceder en una eventual revisión salarial?

Saquen todo de la Asamblea Legislativa y empezamos a hablar. ¡Reitero, ahí lo que tienen son puras ocurrencias! A la hora de hablar de salarios y pluses en el Gobierno Central vamos a descubrir cualquier cantidad de sorpresas. Vamos a ver lo que estamos haciendo con los policías y con las señoras de los Cen-Cinái. Vamos a ver servicios públicos deteriorados y precarizados.

¿Cómo asociación ustedes han hecho esos análisis?

Si queremos hablar de salarios, tenemos que hablar del tipo Estado que queremos tener, cuál es el tipo de cerebros que queremos retener y cómo retenerlos si los precarizamos. ”El problema es que la discusión ha estado totalmente contaminada. Ha habido una mezcla tóxica entre déficit fiscal y salarios públicos y, ¿qué pasó?, que en esta discusión tan fuerte, tan agria y, en algunos casos tan insultante, todo el mundo en el sector público se atrincheró, se puso una coraza y está a la defensiva”.