Críticas y temor de fracaso rodean el cierre de la cumbre climática COP25

Acuerdo estaría lejos de incluir aspectos claves como la reglamentación de un mercado global de carbono y mayores compromisos por parte de los países que más generan emisiones contaminantes

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¿Tendrá la Cumbre Climática de la ONU (COP25) un final exitoso o será un fracaso? Esa es la pregunta en la mente de muchos a medida que corren las horas y se aproxima la culminación de la reunión internacional en Madrid, España.

La falta de avances sustantivos por parte de la comunidad internacional frente a la emergencia climática decretada por los científicos, ha despertado críticas por parte de distintos sectores, incluso desde la misma organización del evento, que debería concluir este viernes.

Por ejemplo, la ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, denunció lo “voluntad” de algunos países de “hacer mucho más lenta” la acción climática en las negociaciones. La funcionaria fue nombrada ‘facilitadora’ en uno de los grupos de trabajo que preparan la declaración final de la COP25.

Sin citarlas, porque esto forma parte -dijo- de la "intimidad" de las negociaciones, la ministra en funciones se refirió primero a "las grandes economías que tienen dificultades porque sus líderes no están convencidos de la trascendencia que tiene la acción climática".

"Por tanto (estas) se resisten a avanzar o incluso anuncian que abandonan el Acuerdo de París", algo que es "criticable", dijo en clara referencia a Estados Unidos.

"Otras economías de tamaño intermedio están particularmente prudentes porque están tomando decisiones domésticas que no siempre son compatibles con el cambio climático. Han recuperado sus planes de carbón" y eso "tira por tierra los esfuerzos que podamos estar haciendo los demás para reducir nuestras emisiones".

Finalmente, indicó que hay estados pequeños insulares o estados vulnerables al calentamiento que “ven con desesperación esa voluntad de arrastrar la acción climática y hacerla mucho más lenta o mucho más desordenada”.

La costarricense Andrea Meza, jerarca de la Dirección de Cambio Climático (DCC), expresó “poco optimismo de lograr algunos resultados súper concretos”, aunque considera que “eso no es del todo negativo".

“Por lo menos desde la perspectiva de ambición, del artículo 6 -referente a la reglamentación de un mercado global de carbono-,es mejor seguir trabajando, y no dejar un mal acuerdo, que adoptar algo, por la simple formalidad de adoptar algo y que no sea lo suficientemente robusto, que no esté alineado con los respetos de integridad ambiental, que no evite la doble contabilidad y en este momento, creo que es mucho más serio darle más tiempo a las partes y seguir avanzando, que tener que cerrar forzosamente”, expresó.

La activista sueca de 16 años, Greta Thunberg, también levantó la voz. Ella deploró que no se esté “haciendo nada” y lo que es peor, acusó a los países ricos de “engañar” con ambiciosas metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, Alden Meyer, de la Unión de Científicos Preocupados, con sede en Estados Unidos, advirtió que "si solo logramos un pobre resultado al final de la semana (...) enviaremos una señal terrible al mundo”.

Las delegaciones de 197 países han estado reunidas en la capital española desde el pasado 2 de diciembre, con el reto de intensificar la respuesta al cambio climático y bajo una atenta mirada de distintas organizaciones de la sociedad civil.

Los científicos dicen que las emisiones de efecto invernadero tienen que empezar a bajar de forma drástica a partir del año que viene para que haya alguna posibilidad de alcanzar el objetivo fijado en el Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1,5 °C.