Tengo un amigo con depresión, ¿cómo ayudo?

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Usted sabía que su amigo o familiar no se sentía bien porque desde hace días lo veía triste, apagado, aislado, sin ganas de compartir sus actividades favoritas y quejándose de no dormir bien.

Sin embargo, no esperaba la noticia que escucharía: “tengo un trastorno depresivo”.

En ese momento, pocos saben cómo reaccionar, ¿eso qué quiere decir? ¿qué va a pasar con mi amigo o familiar? ¿lo van a medicar? ¿va a volver a se el mismo? ¿hay forma en la que puedo ayudarlo?

Para la psicóloga Marcela León, lo más importante es entender que las personas con depresión no tienen las mismas reacciones o sentimientos de las demás personas.

“Imaginémonos un cono, normalmente todas las personas caminamos por el borde del cono y a veces, por situaciones que pasamos, bajamos un poco y volvemos a subir, pero una persona con depresión camina más profundo en el cono y puede hundirse cada vez más si no busca ayuda”, comentó León.

“Lo importante en estos casos es buscar un diagnóstico correcto, y si le recetan algún medicamento, no le tenga miedo, le va a ayudar”, añadió.

En este sentido, familiares y amigos son vitales para que la persona tome su tratamiento al día.

Compañía. León explica que el proceso no es fácil para las personas allegadas a los depresivos, pero que pueden ser de mucha ayuda para que afronte su situación.

“Es gente que pierde el gusto por la vida, solo quiere dormir y entre menos gente tenga alrededor, pues mejor. El problema es que mientras más se aísle más puede hundirse”, manifestó la especialista.

“Lo que hay que hacer es sacarlo poco a poco a que comparta y disfrute de lo que le gusta. Hay que ir poco a poco, tampoco es que vamos a llevar a la persona a una fiesta llena de gente y bulla; comiencen por salidas de dos o tres personas a comer o tomar café”, agregó.

Para León es importante no juzgar a la persona creyendo que lo que tiene no es nada y que se supera fácil, pues estas personas viven las situaciones de una forma diferente, pero tampoco debe entrarse en la filosofía del “pobrecito”, ya que debe procurarse porque ese amigo o familiar salga adelante.