Tarjetas de crédito son ‘drogas’ para los adictos a las compras

Ellos sienten urgencia de comprar y gastar para calmar nivel alto de ansiedad

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Tienen una enfermedad, pero pocos la notan, y quienes lo saben viven sumidos en un círculo vicioso y no buscan ayuda, pese a lo peligroso que resulta para sus finanzas y su salud.

En ellos, una tarjeta de crédito es una droga tan adictiva como la cocaína o la heroína, pues se desarrolla dependencia a estar comprando y comprando.

Estas personas padecen onimanía, una enfermedad que, según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, consiste en un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real.

No se sabe cuántos ticos viven así. Quienes reconocen su problema y buscan ayuda, no están contabilizados, pues no son enfermedades de declaración obligatoria.

¿Cómo son estas personas? El psiquiatra Francisco Gólcher destaca que este tipo de personas presentan ansiedad por acumular cosas para satisfacer un deseo y calmar una ansiedad.

“Gastar y gastar les da una sensación de euforia que calma su ansiedad, aunque nunca usen lo que compraron”, señaló.

La psicóloga Alejandra Linares es de la misma opinión:

“El solo hecho de gastar les genera una satisfacción inmediata, sienten que el vacío se les llenó”.

Para Gólcher, el mal es mayor desde que hay dinero plástico.

“Cuando pagaban los salarios en efectivo, la gente también gastaba muchísimo, pero llegaba un momento en el que la plata se acababa. Las tarjetas dan la ilusión de que se puede comprar y seguir comprando”, añadió.

El analista financiero Javier Angulo dice que, antes de tratar a una persona como estas, debe saberse el porqué de los excesos.

“La mayoría tiene descontrol en sus gastos y recurre a las tarjetas para sus gastos básicos, otro grupo usa las tarjetas para mantener un estatus y darse lujos”, dijo.

“También están los que realmente son adictos, que necesitan gastar en lo que sea. Ellos tienen una baja autoestima que buscan llenar estrenando algo”, añadió.

Círculo vicioso. Lo peor de la onimanía es que es un círculo vicioso en el que se cae una vez tras otra.

“Después de comprar pasan por un momento de culpa y verguenza, tanto que esconden o destruyen las compras para no sentirse culpables”, dijo Linares.

Para Gólcher, el paso de la euforia a la culpa puede ser rápido.

“Son personas que usted puede ver muy felices en un mall cuando van llenos de bolsas, pero, cuando ven sus deudas, vienen ataques de pánico, depresión y desborde emocional, y sienten que ya no pueden manejar la situación”, manifestó.

“Esto genera ansiedad, y muchas veces esto hace que las personas vuelvan a comprar para calmar esta ansiedad”, agregó.

El psiquiatra añadió que llega el momento en que los pagos mínimos de su tarjeta o tarjetas ya superan los ingresos mensuales, y eso es lo que lleva a mayores problemas mentales y emocionales, que podrían desembocar en suicidio.

El problema empeora cuando se tiene más de una adicción.

“Hay quienes también son adictos al juego. Algunas de estas personas buscan financiar su adicción con tarjetas de crédito y se endeudan muchísimo”, aseguró Angulo.

Buscando una salida. El tratamiento de estas personas es similar con los de adicciones a drogas, aunque en este caso la dependencia no es física, sino psicológica.

“La psicoterapia es vital para saber la causa del comportamiento y replantear un plan financiero. Hay casos donde se usarán ansiolíticos o antidepresivos para calmar la ansiedad por comprar y la depresión tras las compras”, dijo Gólcher.

La ayuda de un asesor financiero también es importante.

“Lo importante es suspender el uso del crédito y reestructurar las deudas”, añadió Angulo.