Cuando tenía dos meses de embarazo, Jennifer Obando recibió la terrible noticia de que tenía cáncer de útero.
“Los doctores me dijeron que mi bebé no iba a sobrevivir, pero me hicieron cesárea a la semana 34 y mi hijo nació bien”, relató.
Jennifer participó, este sábado, en la Caminata contra el Cáncer de la Fundación Anna Ross, por las calles de San José.
Ella iba empujando con decisión el coche de su hijo, que hoy es igual de inquieto que cualquier niño de más de un año.
“Ahorita estoy en tratamiento. Este es mi primer año por acá, siempre había querido participar, pero antes no había podido.
”Es bonito porque a veces cuando uno tiene cáncer se siente muy sola, siente que no la apoyan, y esta es una forma de sentirse apoyado”, manifestó la mujer.
Esta no fue la única historia de valor que se vio durante la marcha. Ileana Tijerino festejó que no solo sobrevivió una vez, sino dos, de un tumor en las mamas. Ella no llegó sola, toda su familia acudió para apoyarla y hacer conciencia de la importancia de la detección temprana de un tumor.
“Ella es una valiente, una luchadora; yo nunca había venido a esta marcha, pero aquí estoy para apoyarla”, señaló Rebeca Arguedas, prima de Tijerino.
Conciencia. Esta es la edición número 13 de esta caminata. Para Victoria Gamboa Ross, presidenta de la Fundación Anna Ross, la actividad ha servido para crear conciencia sobre la importancia de hablar de la enfermedad y mejorar el diagnóstico.
“Hace 13 años casi no había cultura de hacer marcha. El cáncer también era un tema tabú. Cuando íbamos a dar charlas a empresas, nos decían que no habláramos del cáncer porque la gente no quería oír de cosas feas. Sin embargo, solo si se habla podemos motivar una detección temprana que salve vidas”, dijo.
“Uno a veces no está consciente de hasta dónde llegan los beneficios... hasta que hay gente que escribe y te dice que gracias al mensaje de la caminata se hicieron el autoexamen de mama y se detectaron a tiempo un cáncer”, concluyó Gamboa.