Cuando tenía ocho meses de nacido, Carlos Alberto Fonseca fue diagnosticado con una enfermedad llamada atrofia muscular espinal, que le impide caminar.
Este mal afecta las células nerviosas motoras, que están en la médula espinal. Estas células se comunican con los músculos de brazos y piernas. Los músculos se debilitan al perder neuronas y con el tiempo se pierde toda habilidad para moverlos.
Sin embargo, su situación no resultó un obstáculo.
Hoy, más de 20 años después, este joven estudia Administración en la Universidad Nacional (UNA) y cumple con todas sus obligaciones académicas como cualquiera de sus compañeros.
“Si la vida nos pone un reto es porque somos capaces de superarlo, es una situación, no un problema”, aseguró el joven.
El es uno de los 12 estudiantes que la UNA homenajeó ayer como estudiantes distinguidos y modelos. Fonseca recibió el galardón al mérito estudiantil.
Mentes brillantes. Otros jóvenes fueron premiados por sus logros académicos.
Gustavo Villanueva fue el primer promedio de ingreso a esta casa de estudios, con una nota de 100. Su mérito es mayor, pues es egresado del Liceo Nocturno de Buenos Aires de Puntarenas.
“Es cierto que los colegios nocturnos no tienen tanto apoyo como los diurnos, los técnicos o los científicos, pero está en uno el querer aprender”, dijo este estudiante de Ingeniería en Sistemas.
Andrés Campos también ingresó a esta casa de enseñanza con un 100. Hoy, es estudiante de piano y quiere ser concertista.
“Mi papá es pianista y de niño intentaron inculcarme la música, pero yo no quería, al tiempo la descubrí solito y es lo que quiero hacer el resto de mi vida”, expresó.
Ólger Calderón también destacó por su rendimiento. Se acaba de graduar de Ingeniería en Sistemas con un promedio de 9,88.
“Me gusta mucho lo que hago. Hay una frase que dice: ‘Haz lo que te gusta y no trabajarás ni un día de tu vida”, aseguró.
Ejemplo. Otros alumnos también destacaron por sus aportes a la Universidad y a la comunidad.
Tomás Campos es uno de ellos. Nació con el nombre de Doris, pero desde muy niño se identificó con el género masculino. Hoy, luego de inicar tratamiento hormonal, es activista por los derechos de la población transexual.
Leonela Artavia, estudiante de Economía, fue homenajeada por fundar y liderar un grupo misionero donde trabaja con jóvenes.
Por su parte, Kevin Godínez, estudiante de Geografía y de cantoes líder de grupo de música de la Iglesia Metodista a la que asiste.
Kira Bejarano, descendiente de indígenas, lidera un proyecto para incluir, en los programas educativos de los indígenas de Coto Brus, elementos propios de su cultura.
Asimismo, Luis Felipe Ulate, estudiante de inglés, no ve en su discapacidad visual un obstáculo para superarse. Su empeño va más allá y también practica el tae-kwondo.
Otros muchachos vieron que desde el estudio se puede comenzar con una pequeña empresa. Daniel Méndez lo sabe, y por eso tiene en su empresa Reutipiña una serie de productos amigables con el ambiente.
Evans Jiménez fue destacado por participar como voluntario en la creación de murales al participar con organizaciones de bien social como la Fundación Cerros de Jesús, Guías y Scouts, y el Cuerpo de Paz.
Keyshel Cole, vecina de Limón, viaja más de dos horas diarias para estudiar su diplomado en gestión de fincas en el campus de la UNA en Sarapiquí. Ella combina sus estudios con entrenamientos de atletismo, deporte en el que ha obtenido medallas en Juegos Nacionales.