Ticas esperan venta del condón femenino desde hace 18 años

Ministerio de Salud permite venta, pero no hay empresas que quieran distribuirlo

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En 1994, un total de 64 trabajadoras del sexo costarricenses tuvieron el primer contacto con un condón femenino para un estudio.

Hoy, 18 años después, son pocas las ticas que los han usado, pues solo se venden en tiendas de juguetes sexuales, pero no en farmacias.

La mayoría de los que se usan son otorgados por organizaciones que hacen investigación.

¿Por qué? Prejuicios culturales, ignorancia y desinterés comercial contribuyen a esta situación.

Por eso, ayer, la CCSS y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentaron un estudio con 107 mujeres en Goicoechea y Upala, a quienes se les entregaron 20 condones femeninos y se les pidió utilizarlos por tres semanas.

El resultado: el 84% de las mujeres asegura que lo volvería a utilizar en una relación sexual, y el 72% lo usaría en todas sus relaciones.

“Cuando se habla de condón femenino, una de las grandes preguntas es si alguien lo utilizaría. Uno de los temores es hacer una inversión y que no tenga demanda.

“Sin embargo, con este estudio vimos que las mujeres, tanto de zona rural como del área urbana, están satisfechas con la experiencia y volverían a usarlo”, dijo Laura Sánchez, asesora en VIH del UNFPA.

Contexto. En 1994, el estudio Negociación sexual, empoderamiento de las mujeres y condón femenino buscó saber cómo funcionaba este método en las ticas. La investigación la hizo el Ministerio de Salud y la financió la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En aquel entonces, noticias dieron cuenta de que muchas se sentían seguras de protegerse de embarazos y enfermedades.

Sin embargo, una vez terminado el estudio, el producto no se pudo obtener más. El precio fue un obstáculo. En aquel entonces cada condón costaba $7 (unos ¢3.500) y nadie se interesó en venderlo.

En 2002 , el Ministerio de Salud lo registró como medicamento y cualquier empresa podía venderlo. La tecnología había logrado bajarle el precio a $5 (unos ¢2.500), pero la falta de cultura e información hicieron que nadie se interesara en traerlo.

En el 2007, organizaciones pidieron que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) lo diera. Su precio era de ¢1.000, pero, al igual que hoy, esta distribución estaba supeditada a la aprobación de un capítulo de derechos sexuales y reproductivos de la Ley General de Salud. Este capítulo lleva ya más de cuatro años en el Congreso y aún no hay fecha para su discusión.

En el 2008, la CCSS y la Asociación Demográfica Costarricense (ADC) dieron este método a trabajadoras del sexo de Alajuela y Puntarenas. En el 2010, el Ministerio de Salud y la ADC instaron a que las mujeres tuvieran esta opción.

“De nada sirve tener la autorización para su venta, si no logramos que tenga un impacto real, si no logramos informar y sensibilizar sobre la necesidad de su uso”, comentó en aquel entonces Adrián Vieto, coordinador de VIH/Sida del Ministerio de Salud.

Hoy el país sigue sin un distribuidor para este producto. Su precio puede ser obstáculo, pues, aunque bajó a $0,60 (unos ¢300), si se compra en grandes volúmenes, es 20 veces más caro que un condón masculino ($0,03, unos ¢15).