Dentro de las medidas propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para paliar los efectos nocivos del tabaco, la más impopular es el impuesto a cigarrillos y productos relacionados.
Así lo demuestra el hecho de que solo 33 de los países adscritos a la entidad; es decir, cerca del 25% del total de sus miembros, apliquen un tributo del 75% o más al precio de los cigarros y productos de tabaco.
Dentro de estas naciones se encuentran Kiribati (archipiélago al noreste de Australia), que ocupa el primer lugar con un 88,9% de impuestos dentro del valor final de una cajetilla de la marca más vendida.
Le siguen Israel (84,3%), Jordania (83,3%), Bulgaria (82,7%), la franja de Gaza (82,6%), Bosnia y Herzegovina (82,3%) y el Reino Unido (82,2%).
Mientras tanto, los menores tributos están en Corea del Norte, donde es de cero; Tuvalu –país insular frente a Polinesia– (2,7%); Afganistán (2,8%), Irán, 4,8%, y Libia, con 8,4%.