¿Qué es la septicemia?

Una respuesta anormal de nuestro cuerpo ante una infección puede provocar fallos graves que, si no se atienden a tiempo, pueden causar la muerte; conozca sobre ese riesgo en ‘Siéntase Pura Vida’

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Septicemia es una palabra difícil de pronunciar, de escribir y un problema de salud difícil de entender. Sin embargo, es muy importante saber identificarla, porque no actuar a tiempo puede costar la vida.

De acuerdo con el Hospital Universitario de Stanford, la septicemia es el nombre clínico del envenenamiento de la sangre causado por bacterias. Cuando hay presencia de bacterias en el torrente sanguíneo (bacteriemia), estas pueden reproducirse rápidamente y dar origen a este envenenamiento.

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No todas las bacterias pueden infectar la sangre en un nivel tan intenso como para desembocar en septicemia. Un tipo que se presenta principalmente en niños es el meningococo, que usualmente se asocia con meningitis.

Cuando el meningococo invade el cuerpo, normalmente ingresa a través la garganta. Luego, llega al torrente sanguíneo y viaja a través de la sangre a las meninges. En algunos casos, la bacteria se multiplica sin control en el torrente sanguíneo. Eso resulta en septicemia, antes de que la bacteria pueda infectar las meninges.

En otros casos, la infección en el torrente sanguíneo y en las meninges se desarrolla al mismo tiempo. Esos pacientes desarrollan tanto septicemia como meningitis.

La Clínica Mayo profundiza la explicación y establece que la septicemia tiene lugar cuando las toxinas producidas por ciertas bacterias provocan que las células del organismo liberen sustancias que desencadenan una inflamación y que se denominan citocinas o citoquinas. Aunque las citocinas ayudan al sistema inmunitario a combatir la infección, pueden también tener efectos perjudiciales.

También se da por otras causas. El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) define la septicemia como una respuesta abrumadora y potencialmente mortal del cuerpo a una infección (no necesariamente por bacterias) y que requiere una intervención rápida para evitar complicaciones y muertes.

En otras palabras, el sistema inmunitario responde más de la cuenta y, en lugar de defenderlo, más bien ataca al cuerpo.

¿Cómo identificarla?

La septicemia puede dañar diferentes órganos, por lo que las manifestaciones no siempre son iguales y dependen de qué partes del cuerpo se afectan. Algunas de las manifestaciones son:

  • Brazos y piernas fríos y pálidos
  • Temperatura alta o muy baja, escalofríos
  • Sensación de mareo
  • Disminución o ausencia del gasto urinario. Es decir, se orina menos de lo normal o no se orina del todo
  • Presión arterial baja, en especial al estar de pie
  • Palpitaciones
  • Frecuencia cardíaca rápida
  • Inquietud, agitación, letargo o confusión
  • Dificultad para respirar
  • Erupción cutánea o cambio de color de la piel
  • Disminución en el estado mental y confusión

El tratamiento depende de los órganos afectados y de la intensidad de los síntomas. En todo caso, la atención debe ser lo más inmediata posible. Si no se reconoce a tiempo y se gestiona con prontitud, puede provocar insuficiencia multiorgánica (en varios órganos) y la muerte.

Es decir, puede transformarse en choque séptico o shock séptico. ¿Cómo se da esto? Con la respuesta tan acelerada del sistema inmunitario, la presión arterial se desploma, entonces otros órganos clave, como pulmones, riñones, corazón o cerebro comienzan a recibir muy poca sangre y “se van apagando”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 27% de las personas con septicemia en los hospitales y el 42% de las personas en las unidades de cuidados intensivos fallecerán, especialmente porque no encontraron tratamiento a tiempo.

Impacto

La septicemia no es frecuente, pero sí de cuidado. De acuerdo con la OMS la septicemia mata a 11 millones de personas cada año, entre ellas muchos niños, y deja discapacitadas a muchos millones más. La OMS señala que otras poblaciones vulnerables como embarazadas, adultos mayores y personas con problemas inmunitarios también son de mayor riesgo.

Un informe publicado por la OMS en 2020 señala que la septicemia se debe con frecuencia a infecciones contraídas en los entornos de atención de salud. Alrededor de la mitad (49%) de los pacientes con septicemia atendidos en unidades de cuidados intensivos contrajeron la infección en el hospital.

Los supervivientes de una septicemia tampoco están fuera de peligro: solo la mitad de ellos se recuperarán por completo, el resto morirá antes de que haya transcurrido un año o se verán afectados por discapacidades de larga duración.

Sin embargo, reconocer los signos de alarma y recibir atención a tiempo puede hacer la diferencia. Siéntase Pura Vida.