Prótesis da movilidad a niños que nacen sin hueso de pierna

Aparato les permite agacharse, correr y caminar normalmente

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Gabriel Hernández nació hace casi dos años con una enfermedad llamada “hemimelia fibular”, un mal congénito que se caracteriza por la ausencia total o parcial del peroné –hueso estrecho debajo de la rodilla–, lo cual hace que la pierna no crezca normalmente.

Al nacer, este menor no tenía el peroné derecho. Además, los ligamentos de su rodilla derecha eran inestables y su pie era muy pequeño, y no le iba a dar el apoyo necesario para caminar o gatear.

“Desde finales del embarazo supe que él iba a nacer sin peroné. Sin embargo, fue impresionante cuando nació. Su piernita era normal arriba de la rodilla, pero para abajo era más corta y con el piecito deformado: parecía una masa con tres dedos. Creímos que nunca iba a caminar”, señaló Carolina Álvarez, madre de Gabriel.

No obstante, hoy Gabriel camina, corre, se agacha y juega como cualquier otro niño de su edad. La solución fue una prótesis especial, adecuada a su tamaño y a sus necesidades.

“Normalmente a estos niños se les logra reconstruir la pierna y hacen una vida normal sin necesidad de amputar su pierna, pero el caso de Gabriel era más extremo, pues su problema es mucho mayor al de otros niños con esta enfermedad, y se le tuvo que amputar de la rodilla hacia abajo y colocarle una prótesis”, explicó Tobías Ramírez, ortopedista del Hospital Nacional de Niños, quien atiende al menor.

La prótesis está diseñada con un plástico llamado “colpolímero” y tiene una articulación artificial de metal, que le da soporte a la rodilla y le permite al usuario agacharse. Tiene un costo aproximado de $5.000 (unos ¢2,5 millones).

“La primera prótesis se la pusimos cuando él tenía un año. Por su crecimiento, ya ha tenido dos dispositivos. A los tres años le pondremos una prótesis modular con tubos, que nos permitirá cambiar la altura en pocos minutos”, dijo Dino Cozzarelli, especialista en prótesis de avanzada, quien diseñó la pieza.

La terapia. Gabriel es el primer niño en utilizar este tipo de prótesis en Costa Rica. Su padecimiento es muy poco común en el país, pues los ortopedistas observan un caso así cada dos años, pero casi todos los casos se solucionan con una reconstrucción de tejidos y no requieren amputación.

“La prótesis siempre es la opción extrema. Cuando los médicos ya no encuentran otra solución, nosotros buscamos una prótesis para dar la calidad de vida necesaria. Podemos ayudar a muchos niños con esto”, afirmó Cozzarelli.

Luego de la colocación de la prótesis, el paciente debe hacer ejercicios de fisioterapia cuatro veces por semana durante cuatro meses.

“La terapia fue difícil porque él todavía estaba muy bebé cuando le pusieron la prótesis, pero nos dijeron que era mejor que esta operación se hiciera antes de que comenzara a caminar, porque, si no, iba a aprender con el pie malo y eso podía dañar la columna”, dijo Álvarez.

Hoy, próximo a cumplir sus dos años, Gabriel lleva la misma vida que cualquier otro niño y juega, brinca y corre junto con su hermano, de cinco años.

“Con la prótesis, Gabriel lleva una vida normal. No queríamos la amputación, pero su caso era muy serio. Estas prótesis son una opción en casos extremos como el de él”, concluyó Ramírez.