San José
Si su bebé tiene entre seis meses y un año de edad y ya le salieron los primeros dientes, llegó la hora de llevarlo a la primera cita con el dentista.
Esta revisión, que se debe realizar a más tardar al terminar la dentición primaria (cerca del año y medio de edad), tiene el propósito de determinar los hábitos para una correcta limpieza, estudiar el estado de la boca y descartar problemas dentales.
Posteriormente, es aconsejable que, cada seis meses, lleve al niño al dentista para que lleve un control y se eviten padecimientos a futuro.
Primeras medidas. Cuando el pequeño está recién nacido, se debe limpiar la lengua y las encías una vez al día con una gasa con agua o manzanilla, para eliminar la mancha blanca que se forma, detalla Xinia Salazar, odontopediatra de Clinykids.
Desde que al niño le sale el primer diente y hasta los seis años de edad, los padres deben encargarse de la limpieza dental. Lo ideal es que esta labor se realice al menos dos veces al día, especialmente antes de que el menor se duerma, según explica Thelma Rubinstein, cirujana dentista de Prisma Dental.
Entre los 12 y 18 meses, se puede empezar a usar un cepillo de dientes especial para niños, con el fin de que él pueda manipularlo, siempre bajo supervisión de un adulto, pues los pequeños aún no tienen la coordinación suficiente para cepillarse sin ayuda. Cuando el menor tenga dos años ya será posible realizar el cepillado con una pequeña cantidad de pasta dental libre de flúor.
A los seis años, el niño ya está en capacidad de hacerlo solo, pero siempre mientras el padre lo guía. Una vez que el menor termina el cepillado, es importante revisar la dentadura para asegurarse de que los dientes queden limpios. A los 10 años, el niño es el responsable de la limpieza dental, según afirma Rubinstein.
Sin miedo. Contrario a lo que muchas personas piensan, la primera cita del niño con el dentista no tiene por qué ser traumatizante. De hecho, en gran medida, la reacción del infante depende de la actitud que tengan los papás ante los tratamientos odontológicos, de cuán positivamente le hablen al respecto y de la confianza que estos muestren en el dentista, asegura Salazar.
Para lograr que el niño no tenga miedo, es aconsejable que la primera revisión la haga un odontopediatra, ya que estos profesionales poseen las bases y las herramientas necesarias para tratar médica y emocionalmente al pequeño.
La primera cita con el odontopediatra (consiste en la introducción al consultorio y la revisión para hacer el plan de tratamiento) puede costar entre ¢30.000 y ¢45.000. El costo del tratamiento varía según las necesidades del niño y el especialista que lo trate, finaliza Salazar.