¿Por qué no es buena idea visitar a recién nacidos (y por qué no ofenderse si una familia lo prohíbe)?

No solo se trata de la recuperación del parto, también de lo débil que está el sistema inmunitario del bebé en sus primeros días y la cantidad de virus que circulan en el ambiente

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Un recién nacido llega y todos en la familia extendida y amigos quieren compartir la dicha. Sin embargo, los padres advierten de que no recibirán visitas del todo, por lo que no podrán conocerlo en su primer mes de vida.

Por su mente pasan todo tipo de preguntas: ¿Por qué, si el bebé es sano y no estuvo en incubadora? ¿Por qué si yo soy una persona saludable y mis prácticas higiénicas son fuertes? ¿No seré tan cercano como creí?

Las respuestas no son tan obvias, ya que un recién nacido saludable no tiene el mismo sistema inmunitario que un joven saludable o un adulto saludable. Julia Fernández, presidenta de la Asociación Costarricense de Pediatría (Acope) recalcó que los seres humanos nacemos con un sistema inmunitario inmaduro y este va madurando poco a poco con la ayuda de la leche materna.

En esta época, las defensas del menor no pueden hacerle frente con fuerza a cualquier virus, bacteria u otro patógeno a los que se expongan, por lo que son más vulnerables a enfermar y complicarse. Los niños prematuros, con bajo peso o con problemas de defensas tendrán todavía más riesgo. Si hay visitas constantes de gente que viene de la calle, por más que se laven bien las manos podrían llevar virus que no afectan mayormente a los adultos, pero sí a los bebitos.

La pediatra Vera Celada coincidió: “En los primeros 28 días de vida se consideran casi inmunosuprimidos, si ocurre una infección viral, bacteriana u otra tienen muchas más probabilidades de complicarse. Lo que para uno pasa muy rápidamente, para ellos puede ser una enfermedad muy seria, una neumonía o que requieran ventilación mecánica”.

“Hay que ponerse pesadito, es por el bien de la salud del bebé, si la gente quiere resentirse o enojarse, la salud de su bebé es más importante que eso”, subrayó Fernández.

“Las primeras semanas de vida son fundamentales para que el niño se adapte al medio ambiente, en donde se proteja a ese binomio madre-hijo. La mujer también está más débil. Son momentos para hacer familia. Es normal que no solo esté el esposo o pareja de la mamá, también la abuela del bebé o una tía, personas de muchísima confianza, pero no más allá de eso”, agregó.

Una sola visita en las primeras seis semanas podría ser de riesgo para los menores en caso de infectarse con algún patógeno.

“Uno entiende que la gente está emocionada por conocer al bebé, todos quieren alzarlo, acurrucarlo, besarlo. El niño se está exponiendo a muchos virus en esa situación. No hay que ser grosero, es buscar otras formas: videollamadas, videos, fotos”, comentó la presidenta de Acope.

“La gente se va ¿y quién corre después con la enfermedad del bebé?”, planteó.

Lo mismo sucede con las salidas, pueden ir a sus citas médicas o a asolearse, pero no a centros comerciales o actividades familiares concurridas.

Celada recordó que cualquier fluido puede acarrear virus, y en estos casos los fluidos pueden venir de la saliva al hablar, de las pequeñas partículas que quedan suspendidas en el aire y de los besos.

Estas medidas, dijo Fernández, aplican para cualquier época del año, pero con más razón en esta época en la que las lluvias son mayores y los virus respiratorios tienen una mayor circulación.

Este martes, Olga Arguedas, directora del HNN, afirmó que el centro médico amaneció con 105 niños internados con diferentes virus respiratorios. De ellos, 20 están en una unidad de cuidado intensivo (UCI), además, hay nueve con ventilación mecánica en el servicio de Emergencias. En este momento, el virus más común es el respiratorio sincitial.

Otros cuidados

En esta época son comunes los resfríos y gripes y es normal que lleguen al hogar de un recién nacido. Si esto se diera, lo ideal es que quienes tienen síntomas se aíslen y si deben acercarse al bebé lo hagan con mascarilla. También es trascendental el buen lavado de manos.

De la misma forma, si la mamá es quien está resfriada, que use mascarilla al dar de mamar.

“Si ella estornudara o tosiera, los virus pueden irrigar al niño”, precisó Fernández.

Celada concluyó: “Que se ponga la mascarilla, pero no abandone la lactancia, más bien eso es lo que debe hacer. Con la lactancia la mamá va a pasarle todos los anticuerpos contra ese virus”.