Pasión por los bloques Lego contagió a chicos y grandes

16 personas compartieron sus colecciones personales de Lego

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Castillos, barcos pirata, autos para viajar al futuro, trenes y hasta ciudades enteras, se mostraron ante los ojos de decenas de niños y adultos, que se acercaron ayer a la Placita Moraviana, en Moravia.

Los responsables de semejante desfile fueron 16 fanáticos de Lego que sacaron a jugar a su niño interior y decidieron compartir sus colecciones privadas en el Lego Fest , actividad organizada para celebrar el Día del Niño.

“Tenemos esta pasión como fans . La idea es compartir (las colecciones) para que otras personas las vean, disfruten y también para abrir un espacio para recrearse en familia”, dijo Steven Trejos, uno de los organizadores de la cita.

El entusiasmo se reflejaba en los brillantes ojos de los más pequeños y en las amplias sonrisas de los grandes. Los asistentes no podían disimular el deseo de tocar los bloques de plásticos o, al menos, de verlos más de cerca.

“Me encantan los legos, son muy bonitos y muy educativos para los niños. Mis hijos piden eso para Navidad y los cumpleaños”, dijo Susana Vargas muy sonriente, mientras observaba una colección de Lego Space.

Ella asistió en compañía de sus dos pequeños. Su hijo, Farith Silman, de 11 años, contó que lo que más le gusta de estos juguetes es que “son difíciles de armar” y que le encanta “construir casas, muñecos, cosas así”.

Con él coincidió Alejandro Rivera, uno de los coleccionistas más jóvenes que participó en la actividad. Este niño de 13 años dijo que lo que más le gusta de usar Lego es construir y aseguró que suele obtenerlos como premio por sacarse “algún 100 en un examen”.

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Eternos niños. Para Gustavo Solera, estos son juguetes para todas las edades e incluso son herramientas útiles que benefician a quienes las utilizan.

Él fue uno los que decidió mostrar su colección en el festival. Entre los artículos que exhibió, se encontraba el primer Lego que le regalaron y que conserva intacto en la actualidad.

“Este es un juego sano, ayuda a la creatividad, armar, desarmar, incluso permite aprender a ser organizados, uno tiene que usar piezas de diferentes tamaños, colores”, dijo Solera.

Conforme la mañana fue calentando, más niños y grandes se acercaron al pequeño centro comercial moraviano, donde además hubo exhibiciones de repostería con motivos Lego, calcomanías y hasta de robótica.

Anthony Vargas, de 12 años, colaboró con las exhibiciones robóticas, pues para él programar robots con piezas Lego resulta divertido: “ayuda a la mente, incluso cuando se hacen exámenes, por la matemática”.

Mientras algunos niños caían rendidos por el calor y el cansancio, cada nueva colección aumentaba el interés de sus padres, que aprovecharon para hacer preguntas, tomar fotos o grabar videos.

“Si se desarrolla la creatividad desde pequeños se pueden hacer cosas demasiado grandes. Vos desarmás un carro y podés inventarte algo más. Con imaginación se puede lograr cualquier cosa que uno quiera, dijo Fabián Marín, coleccionistas desde hace 25 años.