Padres en ocasiones son cómplices de agresiones de pareja a sus hijos

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Uno de los principales retos que encuentran quienes trabajan con víctimas de violencia en el noviazgo es que deben luchar también con padres que ignoran, disfrazan o, incluso, fomentan estas agresiones.

“Vimos el caso de una familia de la zona sur que, al preocuparse porque el novio de su hija de 14 años la metía en bares y ella nunca estaba en la casa, se llevaron a ese novio, que tenía 32 años de edad a vivir con ellos.

”Metieron al agresor de su hija a la casa. El problema a escala social es que muchos normalizan las relaciones con mucha diferencia de edad, sobre todo en las costas”, manifestó Xiomara Jiménez, enfermera de la Clínica del Adolescente.

Jiménez narró otro caso en el que una muchacha de 15 años y vecina de la zona norte llegó a decirle a su papá que su pareja le pegaba y el padre justificó el hecho diciendo “es que nunca le tenés lista la comida ni la casa limpia; es tu forma de aprender”.

El Valle Central no escapa de esto: “Tuvimos un caso de un muchacho que durante el noviazgo le compró a la novia un perrito. Ellos decían que el perrito era su hijo. Cuando terminaron, los papás de ella le permitían al muchacho entrar a la casa para visitar al perro porque ‘era su hijo’”, señaló Jiménez.

En silencio. Dalyana Vargas, psicóloga de la Clínica del Adolescente, asegura que estas situaciones son más difíciles para algunos hombres que son agredidos por una mujer y, en ocasiones, no comunican lo que les sucede.

“Vimos el caso de un muchacho a quien la muchacha lo trataba mal, lo controlaba, se enojaba si no le respondía mensajes, lo manipulaba y amenazaba con cortarse si él no hacía lo que ella quería”, afirmó Vargas.

“Hay hombres que hasta pueden decirle al muchacho, ‘ve qué bien cómo está de loca por vos’. Así cuesta más que ellos manifiesten lo que les pasa”, añadió.

Las especialistas añaden que este tema debe comenzar por educación a los padres para que, desde niños, críen a sus hijos en relaciones positivas.