Museo de los Niños ‘hizo brillar su luz’ para las familias ticas

Villancicos, baile y obra teatral navideña llenaron de ilusión a miles de niños Proyecciones de luces láser, juegos pirotécnicos y juegos completaron el menú

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Era la fiesta que muchos estaban esperando. Desde el mediodía de ayer ya se veían llegar grupos de personas, en su mayoría familias con niños, para disfrutar de una tradición que ayer cumplió 11 años. Todos querían ver el Museo de los Niños vestido de luz.

“Como veníamos de Orotina, teníamos que llegar bien temprano, pero la ventaja es que tenemos buen campo”, dijo Reychel Aguilar, de 11 años.

Conforme fue pasando el tiempo, la espera se llenaba de impaciencia. El Museo se llenaría de luz para darle la bienvenida a la época navideña.

“Esta actividad nos gusta mucho. Venimos todos los años, nos gusta venir justo después de almuerzo, para así tener un lugar asegurado”, dijo Susan Duarte, de Hatillo, quien llegó con su mamá y su hijo.

Ya al caer la tarde, la tradicional brisa de diciembre comenzó a enfriar la tarde y una leve llovizna llegaba intermitentemente, pero el ambiente se calentaba.

La antigua Penitenciaría recibió ayer a más de 10.000 personas que esperaban ver su fachada iluminada con 4.000 luces. Villancicos, bailes y una obra de teatro navideña acompañaron la visita.

Para los presentes, la espera valió la pena. A las 6 p. m. el festejo se inició puntualmente con la participación de Arnoldo Castillo y un grupo musical.

Ellos interpretaron seis villancicos, pero la impaciencia de la gente por las luces hizo que quisieran que ese lapso transcurriera rápido.

“¿Quieren más canciones?” preguntaron los músicos.

“¡No! ¡Queremos luces, luces, luces!”, gritó el público.

Arte con mensaje. Luego de 15 minutos de pausa, el Museo se apagó por completo y quedó a oscuras.

Una obra de teatro les explicó a los niños la importancia de valores como solidaridad, respeto, esperanza, armonía, paz y de mantener siempre los sueños, para así “hacer brillar su luz”.

Juegos de pólvora, música, luces en forma de dibujos y dos marionetas de cuatro metros de alto acompañaron esta puesta teatral.

“Me gusta la obra, están muy bonitos los personajes y la música, pero ya quiero ver el museo iluminado”, dijo Wendy Loría, de nueve años, quien llegó con su familia desde Santa Bárbara de Heredia.

Al finalizar la obra, cerca de las 7:25 p. m., el ambiente se llenó de algarabía con la cuenta regresiva para la tradicional iluminación.

Muchos gritaron el conteo, otros permanecían con la mirada atenta en la fachada.

Los niños (y los no tan niños) gritaron y aplaudieron al ver las luces brillar. Villancicos, bailes con más de una decena de artistas y más juegos de pólvora dieron la bienvenida a las 4.000 bombillas que alumbrarán la fachada del edificio hasta el 31 de diciembre.

“Está precioso, hay mucha gente y mucho tumulto, pero está lindísimo. Este es el segundo año que venimos. Lo que más me ha gustado es la obra teatral y las luces”, expresó Verónica Castro, vecina de San Ramón, Alajuela.

Rápido regreso. Con la iluminación de la fachada, el espectáculo concluyó y las personas comenzaron a retirarse con mayor orden que en años anteriores.

Este año no hubo presas mayores; la calle 4 se cerró, con lo que las personas pudieron caminar libremente para entrar y salir.

Minutos antes de las 8 p. m. pocos, la mayoría funcionarios del Museo, quedaban en las afueras del edificio.

Ver más