Mujeres con discapacidades tienen ginecología a su medida

El mobiliario puede ser adaptado para las pacientes con limitaciones físicas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Desde joven, Belissa Jiménez se dio cuenta de que la discriminación por una discapacidad física también podía ocurrir al recibir atención médica en salud sexual y reproductiva. Por eso, tenía 42 años de no hacerse un papanicoláu o citología vaginal.

Sin embargo, este viernes todo cambió para esta vecina de San Rafael Abajo de Desamparados, quien sufrió polio cuando tenía nueve meses de nacida y nunca pudo caminar bien.

Ella se convirtió en la primera paciente en utilizar un nuevo servicio de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS): una consulta ginecológica hecha a la medida para mujeres con algún tipo de discapacidad física.

La atención especializada para esta población se dará ahora en el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare), donde se acondicionó un espacio y se adquirió mobiliario que se adapta a las necesidades de estas pacientes.

Entre las facilidades destaca una silla, cuyo costo fue de $15.000 (¢8,2 millones), que se mueve, sube, baja, rota y puede volverse camilla, lo que facilitaría las citologías y revisiones de mamas, entre otras exploraciones médicas.

“Por condiciones del mobiliario, la atención de mujeres con discapacidad se complicaba, pero esta nueva silla nos permite dar atención oportuna y necesaria, en la que podemos trabajar mejor y que también ofrece mayor comodidad para ellas”, expresó Mauricio Herrero, ginecólogo del Hospital de la Mujer.

Dos veces al mes, un ginecólogo de ese centro hospitalario llegará a este nuevo consultorio para no solamente efectuar los exámenes básicos, sino dar además consejería en temas de salud sexual y reproductiva.

En esos días, la consulta será de 8 a. m. a 3 p. m. Durante ese lapso, las pacientes tendrán personal de apoyo para que les ayuden a trasladarse desde su silla de ruedas hasta la silla de consulta. Se espera atender diariamente a siete mujeres. Por las características de esta población, cada consulta podría durar de 45 a 60 minutos.

El consultorio se instaló en el Cenare porque este centro cuenta con instalaciones más cómodas para el tránsito de pacientes que usan silla de ruedas, bastones o muletas.

“El espacio en los pasillos de otros hospitales no es tan amplio para las necesidades de estas mujeres con limitaciones físicas”, reiteró Herrero.

Excluida. Jiménez, de 66 años, reconoce que experimentó una serie de complicaciones durante las revisiones ginecológicas y consultas por embarazo.

“Cuando tuve a mi hija, hasta me dijeron que cómo me atrevía a quedar embarazada en mi condición. Me sentí excluida del control prenatal, así que nada más llegué a un servicio de Emergencias cuando me dieron los dolores de parto”, comentó la paciente.

Este viernes, después de cuatro décadas de no recibir atención por un ginecólogo, ella tuvo su primera citología.

“Solo una vez me refirieron para un papanicoláu y cuando vi el trato que me dieron, decidí que nunca más volvería. Me dijeron que no se podía para una mujer como yo. A usted la hacen sentir que esos derechos no son suyos”, se lamentó.

Alcance. Según el Censo del 2011, en Costa Rica hay 453.000 personas con algún tipo de discapacidad; el 48% son mujeres.

Datos de la CCSS indican que cerca del 11% de las aseguradas presentan alguna discapacidad física, muchas de ellas están en edad reproductiva.

Las autoridades auguran que más de 150.000 mujeres por año podrían verse beneficiadas con esta consulta inclusiva.

“Las personas con discapacidad se han visto como asexuadas y eso no es así. Con este consultorio le damos paso a una mejor atención. Es derecho a la salud delas mujeres que quieren ser madres, y también es derecho a la salud de tener a una detección más oportuna de cáncer de cérvix y mama”, aseguró Ana Elena Chacón, vicepresidenta de la República, quien estuvo presente en la inauguración del consultorio.

Para Jiménez, este servicio es un primer paso. “Ahora debemos hacer conciencia en la sociedad de que nosotras tenemos derechos en materia sexual y reproductiva y que hay que luchar por ellos”, concluyó la mujer.