A los tres días de nacida, una bebé josefina de 2.800 gramos de peso recibió su primera cirugía cardíaca.
Ella nació con una enfermedad llamada hipoplasia del lado izquierdo del corazón, mal que se da cuando el órgano no se desarrolla del todo y ese sector es muy pequeño. Por ello, la aorta –arteria que transporta sangre al resto del cuerpo– es diminuta y el líquido no fluye normalmente.
Según explicó Osvaldo Alvarado, jefe de Cirugía Torácica del Hospital Nacional de Niños, coordinador de la intervención, el procedimiento que corrigió esta anomalía consta de dos partes. Primero, se creó un conducto entre la arteria pulmonar y la aorta para así permitir mejor flujo de sangre. Luego, se protegió la circulación de las arterias pulmonares para que puedan transportar sangre al resto del cuerpo.
Diez especialistas, entre cirujanos de tórax, cardiólogos, anestesistas y enfermeros especializados participaron en el procedimiento.
“Es una operación compleja; es la primera vez que se hace en el país. Esta malformación es tan grave que la mayoría de los niños muere a los pocos días de nacidos. Nos da gusto saber que todo salió bien”, dijo Alvarado.
Largo camino. Esta primera intervención se realizó el pasado 6 de octubre. La menor estuvo hospitalizada cerca de 15 días y ahora permanece en su casa bajo observación médica.
La niña se recupera satisfactoriamente en su hogar, pero aún debe someterse a una o dos cirugías más para corregir el problema.
“En la próxima cirugía debemos conectar las venas cavas al pulmón, para así permitir un mejor flujo de la sangre”, dijo Alvarado.
Datos del Hospital de Niños señalan que entre 10 y 15 bebés nacen con esta enfermedad cada año en el país. Esta cirugía ofrece la oportunidad de darles una atención más oportuna.