Masticar lento combatiría la obesidad en los niños

Señal de saciedad demora cerca de 15 minutos en llegar al cerebro

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Hacer esperas de 30 segundos entre un bocado y otro, mientras se mastican los alimentos, facilita que los niños se percaten de que están satisfechos y no coman más de la cuenta.

Así lo advirtieron estudios de la Universidad de California en San Diego y de la Universidad Nacional de México, cuyos resultados fueron publicados en la revista Pediatric Obesity .

Para llegar a esta conclusión, los investigadores tomaron en cuenta a 54 niños, con edades entre 6 y 17 años. Durante un año, se les observó la forma de comer.

Después fueron divididos en dos grupos: a uno se le pidió esperar 30 segundos entre cada bocado y masticar lentamente, y al otro no se le dieron indicaciones.

Para asegurarse de que los menores dejaban pasar exactamente 30 segundos entre un bocado y otro, se les dio un reloj de arena que duraba justo ese tiempo en agotarse. Los instructores les pidieron comer, darle vuelta al reloj y no ingerir un nuevo bocado hasta que pasara toda la arena.

Al cabo de un año, el peso de los estudiantes que masticaron lentamente bajó entre un 3,4% y un 4,8%. Por el contrario, en el otro grupo el peso subió entre un 8,3% y un 12,6%.

La explicación. El fin del estudio era analizar la cantidad de alimentos que los niños consumen y establecer el tiempo que tarda el sistema digestivo para enviar al cerebro la señal de saciedad.

Usualmente, este proceso tarda 15 minutos, pero con lo acelerado del estilo de vida actual, hay quienes ingieren comidas a toda velocidad y no permiten que las señales naturales se activen.

“Es un método simple, barato y fácil de seguir. No se necesita tomar medicamentos. No lo priva a usted de sus comidas favoritas ni de sus costumbres. Es más fácil que sea un plan duradero y no de esos que se abandonan a los pocos días. Simplemente, usted verá que está satisfecho con menos comida”, aseguró en un comunicado de prensa, Marcos Intaglietta, uno de los investigadores.

El análisis se refiere solo a la obesidad infantil. Sin embargo, cualquier persona, sin importar su edad, puede poner en práctica el consejo no solo bajar de peso, sino también para tomarle mayor gusto a la comida.