La obsesión por ‘comer sano’ también es un trastorno

Comienza como un ‘inocente’ intento de alimentarse saludablemente, pero se vuelve cada vez más obsesivo sobre qué se ingiere, cuándo y cómo

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México D. F. El Universal Vivimos en una sociedad en la que, desgraciadamente, los estereotipos son los que nos rigen… Que si eres flaco, que si eres alto o si eres gordito... y, precisamente, “cánones de belleza” son los que nos llevan a preocuparnos por cómo somos y cómo nos ve la sociedad.

Hoy en día existen muchos trastornos que tienen que ver con el sentirse bien, desde la bulimia y la anorexia, la obesidad y hasta la vigorexia. Sin embargo, y por si eso fuera poco, recientemente esta obsesión por verse bien se ha convertido en un nuevo trastorno alimentario: la ortorexia.

Según información de la Fundación UNAM, la ortorexia se define como la obsesión por mejorar el estado de salud a través de la alimentación. La palabra proviene del griego ortos , que significa recto y correcto, y orexis : apetito.

Esta es un mal del que se tiene conocimiento desde 1997 y que, en el último lustro, ha adquirido auge en el mundo occidental.

En Costa Rica, no hay datos sobre cuántas personas han sido atendidas por ortorexia en la seguridad social, mas se habla de una cantidad creciente. Además, los expertos insisten en que es un trastorno que fácilmente pasa inadvertido, pues quienes lo padecen logran disfrazar su obsesión como una conducta sana.

La Asociación Suiza para la Alimentación afirma que esta nueva ola de “manías” está alcanzando proporciones de cuidado.

Este trastorno comienza como un “inocente” intento de comer de manera saludable; sin embargo, con el paso de los días, el ortoréxico se vuelve cada vez más exigente y obsesivo sobre qué come, cuándo come y cómo come.

La Organización Mundial de la Salud estima que la ortorexia afecta hoy al 28% de la población de los países occidentales, principalmente a adolescentes y a mujeres.

El principal síntoma es que siempre se encuentran preocupados por los alimentos, pasan horas del día pensando, planificando y preparando sus comidas; siguen reglas estrictas en cuanto a la comida y eliminan por completo ciertos alimentos, como el azúcar refinado o el aceite hidrogenado.

Los divulgan. Distinto a las demás personas con algún trastorno de alimentación, los ortoréxicos se enorgullecen de su régimen y lo comentan sin ningún problema; además, menosprecian a los que no siguen reglas dietéticas.

Sin embargo, como todos los trastornos alimentarios, la ortorexia también tiene sus complicaciones porque excluye a la persona de sus actividades de interés y, con el tiempo, se puede convertir en un trastorno muy grave, que le causará problemas.

Uno de los efectos secundarios es el sentimiento de superioridad. Como el individuo tiene una cierta norma autoimpuesta de comer bien, puro y sano, la persona se ve a sí misma superior a las demás.

Y esto también afecta las relaciones familiares, después de que todo lo demás se vuelva menos importante que una dieta llamada saludable.

La selección limitada de alimentos (dejando de lado todas las otras variantes de alimentos) conduce a la restricción de la ingesta de calorías y la pérdida de peso.

Asimismo, los especialistas aseguran que este tipo de dieta podría redundar en algún grado de desnutrición en esas personas.