La marihuana no sirve para tratar el glaucoma

Especialistas dicen que son mayores los efectos secundarios que los beneficios

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La marihuana se promociona como tratamiento para el glaucoma, sin embargo se ha demostrado que, lejos de mejorar al paciente, sus efectos dañan.

El glaucoma es una enfermedad crónica del nervio óptico que constituye la segunda causa de ceguera en el mundo. Es el resultado de múltiples factores donde la hipertensión ocular es el elemento más importante de riesgo. Tratarla reduce el riesgo de desarrollar el daño inicial así como su progresión.

En el mundo 67 millones de personas sufren glaucoma y de ellos el 10% son ciegos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020 habrá 80 millones de personas con esa enfermedad.

El tratamiento del glaucoma depende de la lesión y fundamentalmente del estadio que cursa la enfermedad. Se puede tratar con colirios hipotensores, láser o cirugía, pero como en la mayoría de las enfermedades, también en este caso lo más importante es el diagnóstico precoz.

La idea de que la marihuana puede ser útil para tratar el glaucoma se remonta a la década de los `70. Los estudios realizados en ese entonces demostraron que fumar marihuana disminuía la presión ocular en pacientes con glaucoma.

Sin embargo, según señala la presidenta de la Sociedad Uruguaya de Glaucoma, Alicia Martínez de Pacheco, "la marihuana disminuye la presión ocular en todas las personas; en quienes padecen glaucoma y en quienes no lo padecen".

Además, cuando se fuma marihuana o se recibe su ingrediente activo -sea en forma de píldora o inyección- "su efecto solo tiene una duración de entre tres y cuatro horas lo cual significa que, al ser una enfermedad crónica, el paciente debería consumir marihuana cada cuatro horas, lo cual no es recomendable, y el tratamiento con gotas no es posible porque la droga tiene poca solubilidad".

Por otra parte, Martínez agrega que "la marihuana baja la presión arterial, efecto que daña el nervio óptico y que por lo tanto contrarrestaría el breve efecto de hipotensión ocular".

Para la Academia Americana de Oftalmología no existen bases científicas para que la marihuana sea utilizada en el tratamiento del glaucoma, y se han descrito diversos efectos colaterales que provoca.Entre sus efectos agudos se nombran la taquicardia, la hipotensión ortostática y la hiperemia conjuntival. Sus efectos crónicos incluyen la toxicidad generalizada que afecta al sistema nervioso central, los pulmones y otros órganos.

Según concluye esa academia, el uso de la marihuana produce además cambios pulmonares enfisematoides por la liberación de cannabioides, carcinógenos y otros productos tóxicos. Su efecto sobre la función cognitiva se nota más en pacientes de edad madura que están expuestos a la droga en forma crónica.

Por todos estos motivos es que las investigaciones relativas a la aplicación de marihuana en el tratamiento del glaucoma fueron relegadas a un segundo plano; también debido a que existen otras drogas más seguras, y porque la marihuana no es considerada una medicina y presenta dificultades para hacerla uniforme.

Las personas mayores de 40 años tienen entre 1,3 y 2.1% de posibilidades de desarrollar glaucoma, y su frecuencia es de tres a 10 veces mayor en personas de 80 años o más. También la población negra y afrocaribeña tiene entre tres y seis veces más posibilidades de padecerla. La idea de que la marihuana puede ser útil para tratar el glaucoma se remonta a la década de 1970, sin embargo las investigaciones posteriores concluyen que no es adecuada por los diversos efectos colaterales que provoca.

En el mundo 67 millones de personas sufren glaucoma y de ellos el 10% son ciegos.

Según Alicia Martínez, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Glaucoma, en la actualidad, los conocimientos médicos asociados a la tecnología "son suficientes para evitar en casi la totalidad de los casos la ceguera por glaucoma".

En los trabajos de screening realizados el Día del Glaucoma durante tres años consecutivos (2010-2011-2012) por la Sociedad Uruguaya de Glaucoma y la Cátedra de Oftalmología en los shoppings Tres Cruces y Portones, se demostró que el mayor porcentaje de los pacientes investigados tenían glaucoma en estado avanzado.

Del total de la población que participó en esas instancias, casi la mitad tenía factores de riesgo de contraer glaucoma, un 20% fue derivado a un especialista y solo un 5% contaba con un diagnóstico previo. Estudios en Suecia (Dr. Anders Heijl), que coinciden con la OMS, determinaron que en el mundo existe un 7% de ceguera bilateral y 27 % de ceguera en al menos un ojo.

Estos porcentajes a nivel mundial indican que estos pacientes llegan a la ceguera por desconocimiento de la enfermedad ya que es prevenible y controlable si se diagnostica a tiempo. Pero como es asintomática hasta sus etapas tardías, lo más importante es realizar examen oftalmológico luego de los 40 años.