Vladimir Carazo Serrano
Médico
Somos una mezcla de lo visible e invisible. Porque el cuerpo es visible, generalmente es lo que más nos llama la atención de los demás y de nosotros. Pero como hemos venido diciendo, parodiando a El principito , lo más importante es lo que no se ve.
Decía un amigo que si conocemos a fondo a una persona y, de repente, su cuerpo desaparece pero llegan junto a nosotros sus pensamientos, o sus emociones, o sus manifestaciones espirituales, sin duda de inmediato reconoceríamos a esa persona aunque no estuviésemos viendo su cuerpo.
Cuerpo, pensamientos, emociones y espiritualidad forman un conjunto indisoluble que igual existe en los materialistas que en los espiritualistas, en los gordos que en los flacos, en las mujeres que en los hombres, en los seleccionados de Alemania que en los de Argentina, por decir algo de actualidad. Solo los separamos en nuestra mente, para estudiarlos y tratar de comprenderlos.
Todos y cada uno de ellos –cuerpo, emociones, pensamientos y espiritualidad– también pueden manifestarse como saludables o como enfermos. Solo que, al menos en mi experiencia, es mucho peor cuando enferma o se lesiona lo que no se ve, que cuando enferma o se lesiona lo que sí se ve. Por dar un ejemplo, es mucho más fácil diagnosticar y curar una inflamación del estómago, que llamamos gastritis, que un trastorno mental como la esquizofrenia. Y aun entre los padecimientos del mismo órgano del cuerpo, es mucho más fácil curar una úlcera del estómago debida a un microbio o a desórdenes en los hábitos y costumbres, que un cáncer del estómago aunque también se manifieste como úlcera, porque tras él puede haber, por ejemplo, alteraciones genéticas o distorsiones químicas, que no se ven y que son más difíciles de curar.
La llamada medicina mente/cuerpo, que es una pasión en mí, nos lo enseña todos los días a través de las historias y vivencias de los enfermos que atendemos.
Tener idea de estas relaciones entre cuerpo, emociones, pensamientos y creencias, es fundamental para darle al médico información completa, que le permita conocer todos los factores que se esconden detrás de la enfermedad, y plantear tratamientos que corrijan a la totalidad del enfermo.