La contaminación, el tabaco y el alcohol ponen en jaque la voz

Entre el 30 y el 40 % de la población mundial ha sufrido algún trastorno vocal a lo largo de su vida

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Voz ronca, tos, carraspera, dolor de garganta, disfonía. Las formas en que un problema en la voz se manifiesta son variadas y no siempre se les presta la atención que corresponde: se estima que alrededor del 30% y 40% de las personas experimentarán algún trastorno vocal a lo largo de su vida.

Junto a un mal uso o abuso de la voz, existen hay factores ambientales y conductuales que acrecientan la amenaza: la contaminación, el estrés cotidiano y el exceso de ruido en determinadas ciudades, se suman el tabaquismo, el consumo de alcohol y el reflujo, en especial asociado a una mala dieta y los kilos de más.

“Aunque el riesgo es mayor en profesionales que utilizan la voz a nivel laboral, como profesores, cantantes o actores -y también trabajadores de call center , que es un grupo que ha sido poco estudiado-, cualquier persona está expuesta a problemas si no se cuida”, explicó la fonoaudióloga Karen Olea, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Los especialistas reconocen que las consultas por estos problemas han aumentado.

¿Por qué la contaminación afecta?

“Al hablar, uno maneja el volumen y limpieza de su voz, pero en algunas ciudades o ambientes ruidosos se pierde el control y la gente comienza a hablar más fuerte, generando un esfuerzo respiratorio mayor y gastando las cuerdas vocales”, dijo Mané León, directora de la Carrera de Fonoaudiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile.

A eso se suma la irritación que contaminantes ambientales generan en la garganta, al igual que el tabaquismo.

“El tabaco es un irritante de la laringe y el humo contiene partículas nocivas para las cuerdas vocales”, detalló Juan Carlos González, coordinador de la Unidad de Voz de la Universidad San Sebastián.

¿Por qué las mujeres son las principales víctimas?

El alcohol tiene un efecto similar y se asocia a voces más roncas o muy graves, especialmente en mujeres.

Que las patologías vocales sean más frecuentes en la población femenina también se relaciona con algunas características anatómicas de la laringe de la mujer, con cuerdas vocales más delgadas y vulnerables a los daños, según explicó el doctor Pedro Badía, docente del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad Católica.

El reflujo también impacta en la calidad de la voz, precisó Mané León.

“Al comer más de la cuenta o comidas muy picantes con frecuencia, la situación se va haciendo crónica”, agregó.

Otro error que cometen algunas personas es forzar su tono de voz y hacerla más grave, indicó Karen Olea. Esto lo hacen para generar una mayor sensación de poder, autoridad, inteligencia o pertenencia a una determinada clase social.

"Hablar en el tono de voz que no corresponde es un factor de riesgo. Sí se puede educar para hacerlo sin sobreesfuerzo”, dijo.

La especialista, quien también trabaja en el Hospital del Trabajador en Chile, entregó un dato llamativo: “La disfonía es una de las cinco enfermedades profesionales que generan más consultas”.

¿Qué hacer?

Lo clave es no demorar la ida al médico ante una disfonía o una ronquera que dure más de dos semanas, y que no esté asociada a una gripe, un resfrío o una laringitis.

También se aconseja ser cuidadosos con la propia voz: hidratarse en forma constante, hacer reposo vocal si se ha hablado mucho, hacerlo en un tono y volumen que no impliquen esfuerzo y evitar todos aquellos factores de riesgo ya mencionados. El Mercurio/Chile/GDA