Hogares de ancianos de Costa Rica marginan convivencia de gais

12 centros permiten parejas, pero solo 7 tolerarían las del mismo sexo

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Ni la legislación costarricense ni los hogares de ancianos facilitan las condiciones de vida para los adultos mayores gais, lesbianas, transexuales, bisexuales o intersexos (LGTBI).

Además, de 16 centros que brindan el servicio de residencia, 12 permiten la convivencia de parejas, pero solo siete dicen que tolerarían las formadas por personas del mismo sexo.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por la Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (Cipac).

Los resultados fueron presentados ayer, en conjunto con el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam).

De acuerdo con la investigación, esta población cuenta con la Ley de Atención Integral a la Persona Adulta Mayor, normativa que no contempla las particularidades de las personas consideradas LGBTI.

Por ejemplo, en los hogares de ancianos no hay condiciones que faciliten la convivencia de parejas del mismo sexo.

“No se reporta ningún centro donde convivan parejas LGTBI, por lo que no se cuenta con evidencia que permita afirmar que este derecho es garantizado”, dice el documento.

Para los investigadores, esto representa una doble discriminación para los adultos mayores sexualmente diversos.

“Una de las preocupaciones más grandes es cómo las personas que trabajan en estos centros de atención no han sido capacitadas sobre el tema, pero hay apertura para trabajarlo”, comentó Francisco Madrigal, jefe de la Unidad Política del Cipac.

“Hay adultos mayores LGTBI que ocultan su identidad sexual en estos lugares y eso no es justo”, añadió.

El análisis. El estudio se realizó entre noviembre del 2014 y enero del 2015, en El Salvador, Costa Rica y Panamá. Ayer se revelaron solo los datos de Costa Rica.

En la investigación se analizó la legislación nacional en materia de protección a adultos mayores, se aplicó un cuestionario en hogares y centros de atención y se entrevistó a personas LGBTI adultas mayores, o cercanas a entrar en ese sector.

Adicionalmente, el estudio reveló que el 26% de quienes trabajan con adultos mayores ve la homosexualidad como una enfermedad, y el mismo porcentaje aseguró que la población LGBTI es más promiscua que la heterosexual.

Aunque el porcentaje es menor, según los investigadores, denota que aún hace falta educación y sensibilidad en el tema.

Preocupación. Zulema Villalta, presidenta ejecutiva del Conapam, señaló ayer en su discurso que se comprometen a llevar a cabo una campaña de sensibilización, educación, divulgación y acceso de las personas adultas mayores LGBTI al conocimiento de sus derechos.

Además, harán una campaña entre colaboradores y funcionarios de instituciones relacionadas con adultos mayores sobre la libertad sexual como un derecho humano y sobre el respeto al adulto mayor LGTBI.

Dijo que también instarán a instituciones a que lleven a cabo modificaciones a sus políticas públicas para garantizar la ejecución de los derechos de personas mayores LGBTI.

El reporte fue dado a conocer ayer en el Hogar Carlos María Ulloa.