Haga gimnasia con su mente y evite el alzhéimer

El cerebro es un músculo y debe tonificarse como cualquier otro. Esta práctica aumenta las conexiones entre neuronas, lo que protege la memoria

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Los ejercicios no son solo para tener mejor salud física. El cerebro es un músculo más y ejercitarlo es vital para evitar deterioros futuros, como la pérdida de la memoria o la capacidad de realizar actividades básicas.

“Si usted no hace abdominales, con el tiempo el abdomen se pondrá flácido, o los brazos que no se tonifican pueden verse como si la piel colgara. Así pasa con el cerebro: si no se ejercita, las neuronas (células cerebrales) van muriendo o perdiendo sus funciones y, con los años, esto afecta la memoria”, explicó el neurólogo Fabricio Alpízar.

¿En qué consiste la “gimnasia mental”? Si bien los ejercicios físicos como correr, nadar o levantar pesas mejoran la llegada de sangre y de oxígeno al cerebro y esto mejora la actividad cerebral, existen “ ejercicios” específicos para la mente.

“No importa la edad que tengamos. En todos los momentos de la vida es necesario ejercitar la mente. Cuanto más temprano se comience, más pronto se verán los beneficios. No es cierto que la pérdida de la memoria sea normal en las personas mayores, ni que todos perdemos la memoria al llegar a viejos”, enfatizó el gerontólogo Juan José Jiménez.

Por edad. Jiménez sugiere que los niños pueden comenzar este proceso de gimnasia mental aprendiendo a ejecutar un instrumento musical o a hablar un segundo idioma.

“Todo eso ya va creando nuevas conexiones entre las neuronas, las cuales fortalecen la memoria y otras funciones cerebrales”, agregó Jiménez.

En los adultos, el cursar una maestría o un curso de algún idioma o de actualización en su área, ayuda a mantener la mente activa. También se pueden hacer ejercicios más cotidianos como leer, escribir, llevar un diario, buscar en Internet información sobre temas que nos interesen, leerla y luego hacer un resumen, o resolver crucigramas, sudokus o juegos de mesa.

“Si se involucra a la familia, es mejor, porque la convivencia también aumenta las conexiones”, continuó Jiménez.

Todas estas actividades pueden realizarlas también los adultos mayores sin problemas de memoria.

Daniel Valerio, geriatra de la Clínica de la Memoria del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología Raúl Blanco Cervantes, asegura que son mejores para la memoria los ejercicios relacionados con el lenguaje que con los números.

“El lenguaje es mejor porque un número solo significa un número; en cambio, la palabra remite a objetos, emociones, recuerdos y deseos que hacen que la mente se mantenga más activa”, aseveró en una entrevista anterior.

Para Valerio, es vital que el adulto mayor recuerde y comente vivencias del pasado reciente y del pasado lejano, pues así trabajará su memoria de corto y de largo plazo.

Si hay deterioro mental. Las personas que ya tienen deterioro cognitivo, pueden realizar ejercicios para detener o bajar la velocidad de ese proceso. En estos casos, la “gimnasia mental” debe ser más rigurosa.

“Lo ideal es una rutina en la que la persona haga las mismas cosas a una hora específica cada día, para que no se confunda ni se desoriente”, aseguró Jiménez.

El especialista resalta que es crucial que el individuo permanezca acompañado por dos razones: porque no puede aislarse y porque quien sufre deterioro necesita el amor de otro para perseverar.

Después de desayunar y bañarse, se puede empezar con una conversación que recree parte de su vida. Luego pueden venir juegos de mesa, escribir o leer, descifrar algún tipo de acertijo o resolver adivinanzas. Al final de la jornada, se le puede pedir que haga un recuento o resumen de lo hecho en el día.

A más avanzada la condición de la persona, más difícil será efectuar estos ejercicios. Este es un problema que afrontan a diario los especialistas costarricenses.

Un estudio con 2.185 pacientes de la Clínica de la Memoria del Hospital Nacional de Geriatría, realizado entre el 2007 y el 2013, reveló que el 65,5% de ellos llegan con demencia, una condición caracterizada por pérdida de la memoria y otras áreas mentales que les impide desarrollar actividades cotidianas y les resta capacidad para valerse por sí mismos. La situación es preocupante pues en el 81% de los casos, la demencia aparece primero con un deterioro cognitivo leve; es decir, la persona detecta que se le están olvidando cosas, mas no hace nada.

Si se busca atención en esa primera etapa, es más factible frenar el trastorno y mejorar la condición cognitiva y la memoria.

“Hay que buscar ayuda tan pronto se pueda; es vital para evitar males mayores”, insistió Valerio.