Las altas temperaturas de estos días pueden convertirse en el principal enemigo a la hora dormir.
Esto se debe a que el calor aumenta la temperatura corporal y por ende evita la conciliación del sueño, según explica Lilliana Estrada, directora de la Clínica del Sueño.
Dormir con calor también provoca despertares frecuentes en la noche y dificultad para tener un sueño profundo la mayor parte del tiempo.
Según Estrada, lo recomendado para tener un sueño adecuado es dormir a una temperatura de entre 21 o 24 grados durante toda la noche.
Para esto puede valerse de ventiladores, enfriadores de aire o aires acondicionados.
Otra de las recomendaciones es bañarse antes de dormir, pues eso disminuirá los efectos que genera el calor sobre el sueño.
"El calor afecta el sueño porque es un trastorno ambiental, la persona se va a sentir poco confortable y por ende va a tener más alertamientos durante la noche", explicó.
Además de "refrescar la habitación" y reducir la sensación de calor con un baño, la experta también recomienda hidratarse, pues mientras se duerme se suda más y la sed podría provocar que se despierte durante la noche en más ocasiones.
Semana más fresca. Según los pronósticos del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), aunque las temperaturas no van a bajar durante este mes que recién empieza, la próxima se percibirá un ambiente más fresco, por un aumento en los vientos alisios.
Daniel Poleo, meteorólogo del IMN, indicó que en San José las temperaturas máximas han alcanzado los 30 grados durante el día y por las noches se han percibido temperaturas de entre 19 y 20 grados, lo que significa 1 o 2 grados por encima del promedio histórico.
LEA: Temperatura en Costa Rica batiría récord de 52 años
Estos incrementos obedecen al fenómeno de El Niño, acompañado de la poca nubosidad de los últimos días y la perpendicularidad de los rayos del sol.
Según Poleo, las temperaturas más altas se han presentado en la provincia de Guanacaste, especialmente en Liberia a donde se ha llegado a los 40 grados.
Se espera que el clima comience a variar a partir de mayo, cuando empiece la estación lluviosa.