El cerebro no puede ser engañado con edulcorantes

Cuerpo prioriza el azúcar por la energía que no puede ofrecer el dulce artificial

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Así como a ciertas personas la conciencia “les reclama” si toman el café con dos de azúcar, el organismo sabe si estamos consumiendo edulcorantes y lo resiente.

No importa si son igual de dulces; sabemos más de lo que creíamos. Una investigación de la Universidad de Yale comprobó que el cerebro de los ratones es capaz de reconocer la carga calórica del azúcar y la prefiere al dulce artificial de los edulcorantes.

Tras poner a 138 ratones a elegir entre azúcar y saborizantes artificales para determinar cómo afectaban las funciones cerebrales, el equipo determinó que consumimos glucosa natural no solo por su sabor dulce, sino por la carga de energía que provee.

En el experimento, el grupo de ratones que pasó hambre eligió la glucosa natural, pues los endulcorantes no les aportaban energía. Asimismo, creen los expertos, si los humanos vamos siempre por comidas con menos carga calórica, nuestro cuerpo lo resentirá. “Si tu cuerpo siente que faltan calorías en lo que comes, las buscará en otro lugar. Si bajas el consumo de azúcar en gaseosas, el cerebro ordenará ir por ella en otras comidas”, apuntó el autor Iván de Araujo.

El azúcar, descubrieron los investigadores, regula la liberación de dopamina. Este químico es vital para los circuitos de recompensa del cerebro y solamente se activa al consumir glucosa natural.

¿Significa esto que debemos darle rienda suelta al azúcar? No necesariamente. Aunque De Araujo asegura que falta profundizar el tema, una solución puede ser encontrar un “punto medio feliz”: mantener las calorías a raya, pero consumiendo suficientes como para que el cuerpo no las busque, instintivamente, en otras comidas.