Dieta, estrés y ciertos químicos inciden en pérdida del cabello

Desajustes hormonales y el estrés podrían ser otros detonantes

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Cambios hormonales, alimentación, estrés y hasta malas prácticas estéticas, podrían ser responsables de que, por las mañanas, grandes cantidades de cabello aparezcan en la funda de su almohada o queden en su peine.

Si bien la causa número uno y más conocida de la caída del pelo es la alopecia androgénica –ligada a una predisposición genética–, también existen otros detonantes que pueden ser temporales o estar asociados a una condición médica, según explicó el dermatólogo Daniel Argüello.

En primer lugar, para identificar si la persona debe alarmarse o no por cuánto cabello está perdiendo, A rgüello recomienda prestar atención a la cantidad de pelo que se cae diariamente. Lo normal son 100 hebras al día.

Quienes acostumbran recogerse el cabello, también podrían percatarse de esta situación si la cola o liga les da más vueltas que antes, explicó la tricóloga Sandra Mata, especialista en cuidado capilar, de la Clínica Shiatsu.

A quién acudir. Si usted considera que sobrepasa el rango normal o tiene dudas, acuda a un especialista (por lo general a un dermatólogo). Este lo someterá a una evaluación para identificar causas.

Si el experto determina que la caída de cabello no es de origen genético, entonces procederá a explorar otros terrenos; por ejemplo, el hormonal. Para determinarlo, la historia clínica del paciente es vital.

La pérdida de cabello se puede dar tanto en personas con hipotiroidismo como hipertiroidismo.

En el primer caso, “debido a la disminución de las hormonas tiroideas, el crecimiento del cabello es más lento y el pelo es más seco, quebradizo y de mala calidad”, detalló el especialista en Endocrinología, Luis Jiménez.

En cambio, en el hipertiroidismo lo que se da es un exceso de hormona tiroidea y el metabolismo se dispara. Entonces, “los procesos que se requieren para el desarrollo del cabello se ven acelerados, sin dar chance a que crezca como debería ser”, manifestó el endocrinólogo.

La caída del cabello también se asocia a ciertos acontecimientos de la vida de los seres humanos, como es el caso de un embarazo. En vista de que durante la gestación, la prioridad es el feto, el cuerpo redirige hacia él la proteína que en otro momento sería usada para el cabello de la madre, comentó el doctor Jiménez.

Algo similar ocurre durante la lactancia. El cuerpo de la madre reasigna recursos para el bienestar del recién nacido, tratando de aportar todos los nutrientes al pequeño, mediante la leche materna. Por lo tanto, tejidos “secundarios”, como cabello o uñas de la mujer, resultan sacrificados.

Nutrición. La dieta es otro de los componentes que influiría en este problema. Tener una alimentación pobre en proteínas podría provocar alteraciones en la salud capilar, pues, al generarse una escasez de esta fuente, el cuerpo “apaga” el crecimiento del pelo.

Este puede hacerse visible de dos a tres meses después de disminuir el consumo de alimentos como carnes y huevos, indica la Academia Americana de Dermatólogos.

Las prácticas estéticas inadecuadas, de igual manera, podrían ir en detrimento de las cabelleras. Si una persona se ajusta mucho la cola al recoger su cabello, o utiliza con frecuencia productos químicos y se somete a tratamientos, puede sufrir pérdida de cabello.

Según la tricóloga Sandra Mata, la acumulación de toxinas o el estrés son otros factores relacionados con esta situación.

“Las alegrías y tristezas fuertes pueden causar las alopecias areatas , que se dan en forma de círculo, por áreas”, dijo Mata.

Además de los adultos, los niños también podrían sufrir las alopecias areatas .