Cada 12 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Visual. Es un buen momento para repasar cómo está la vista en los costarricenses, sus principales afecciones y la forma de prevenirlas.
Datos del Ministerio de Salud indican que en 2019 (año más reciente para el cual hay datos detallados) en Costa Rica había más de 18.000 personas con ceguera y más de 279.000 con alguna discapacidad visual.
A esto se le deben añadir estadísticas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que indican que la baja visión afecta a más del 25% de los mayores de 50 años.
La catarata no tratada en personas mayores de 50 años representa la principal causa de ceguera, con un 52,1%. No obstante, también hay enfermedades menos graves, pero más comunes, por ejemplo:
Conjuntivitis. Inflamación de la conjuntiva, una membrana muy delgada y transparente que se encuentra entre el párpado y el glóbulo ocular. Esto provoca enrojecimiento, hinchazón, irritación y picazón en uno o ambos ojos, lagañas y, en algunas ocasiones, la sensación de no poder abrir los ojos. Puede ser causada por virus, bacterias, alergias o exposición a químicos.
Ojo seco. El ojo no produce la cantidad necesaria de lágrimas para mantenerse hidratado o, las lágrimas se evaporan. La persona siente picazón, ardor, dolor y enrojecimiento en los ojos. También es probable que presente visión borrosa.
Miopía. En esta afección, los objetos cercanos se ven claros y los objetos lejanos se ven borrosos. Se produce cuando la forma del ojo, o la forma de determinadas partes del ojo, hace que los rayos de luz se desvíen (refracten) de forma incorrecta. Los rayos de luz que se deberían enfocar en los tejidos nerviosos de la parte posterior del ojo (retina) se enfocan delante de la retina.
Astigmatismo. Defecto de la visión que hace que las imágenes se vean borrosas o distorsionadas, debido a una forma irregular de la córnea o el cristalino.
Hipermetropía. Los rayos de luz se enfocan detrás de la retina; esto provoca una visión borrosa de los objetos cercanos.
Cataratas. Opacidad en el cristalino del ojo que dificulta ver claramente y realizar las funciones más básicas.
Blefartitis. Inflamación, irritación, comezón y enrojecimiento de los párpados. Muchas veces se forman escamas en las pestañas.
Glaucoma. Un grupo de afecciones que daña al nervio óptico. Generalmente, se produce cuando se acumula fluido en la parte delantera del ojo. El exceso de fluido aumenta la presión en el ojo. Si no se trata a tiempo, puede causar ceguera.
Muchas de estas afecciones pueden prevenirse, estos son algunos consejos:
- Hacer un examen de vista anual.
- Realizar una revisión de los niños desde edades tempranas.
- Reducir tiempos de actividad con dispositivos electrónicos.
- Aumentar las actividades que se realicen en espacios abiertos al aire libre.
- No tocarse ni rascarse los ojos.
- Mantener una buena higiene en los ojos y sus alrededores, así como en los lentes y anteojos que utilizamos.
“Es importante que todas las personas se realicen una revisión oftalmológica al menos una vez al año porque de esta forma se pueden detectar tempranamente cualquiera de estas condiciones oculares.
“Pero también es fundamental que las personas mantengan una buena higiene y eviten rascarse los ojos o tocárselos con manos sucias, ya que de esta forma se pueden evadir enfermedades como la conjuntivitis”, afirmó Zlatko Piskulich Crespo, oftalmólogo de la Clínica Visualiza.
En búsqueda de soluciones
En el caso de las personas que ya tienen problemas de la vista, también hay soluciones, pues muchos de ellos pueden ser tratados con diferentes tipos de procedimientos que ya no requieren largas intervenciones.
Tecnologías como el rayo láser hacen posibles tales soluciones. Además, nuevas técnicas de mayor definición en los equipos permiten mayor precisión.
Muchas de estas opciones están disponibles únicamente a nivel privado, pero la seguridad social también realiza algunos procedimientos, en especial para tratar cataratas o glaucoma.
Paula Venegas, de la empresa Meditek, aseguró que muchas de las enfermedades relacionadas con la visión pueden ser tratadas con cirugías por medio de diferentes equipos médicos de última generación.
“Hay sistemas que permiten al médico observar con mucho mayor detalle el ojo mientras realiza la cirugía o tener mayor precisión en resultado del trabajo que realiza.
“Esto no solo le da más confianza, sino que también le ayuda a alcanzar mejores resultados”, aseveró Venegas.
Por otra parte, quienes presentan problemas menos graves no necesitan una cirugía y tienen a disposición medicamentos para tratarse.
“Los pacientes deben apegarse a sus indicaciones y no automedicarse, ya que el especialista es quien sabe cuál procedimiento o tratamiento es el más adecuado”, concluyó Piskulich.