¡Deténgase! No es sano hacer tantas cosas a la vez

Si se quiere volver loco, haga mil y una cosas a la vez. Ya se ha comprobado que el multitasking causa daño cerebral y emocional

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En un día cualquiera podemos estar trabajando en la computadora, preparando un informe, enviando un correo electrónico y sosteniendo una reunión por chat con algún amigo. De fondo, se escucha el rumor del televisor y se percibe el olor de un pastel en el horno.

De un momento a otro, recibimos una llamada y, al contestar, suena el timbre de la casa. El trabajo, el ruido, el chat, la llamada, el timbre, el televisor, el horno...

Si esta situación le resulta familiar, tal vez usted sea una persona multitasking o multitarea acostumbrada a realizar dos o más labores al mismo tiempo.

Esta “habilidad” se asocia a quienes son capaces de desarrollar de manera simultánea varias asignaciones con cierto nivel de éxito pues cumplen en tiempo y calidad.

Pero mucho ojo: cada vez son más los estudios que aseguran que el cerebro humano no está preparado para este tipo de funcionamiento. Ser multitarea puede acarrear graves consecuencias a la salud emocional que, con el tiempo, repercuten en la física.

La personas multitarea corren el riesgo de aprender más lentamente, cometer errores, confundir datos y vivir bajo una constante sensación de alerta y estrés.

Investigaciones. En el 2001, un estudio de Joshua Rubinstein, Jeffrey Evans y David Meyer determinó que perdemos más tiempo cambiando de tareas constantemente. Este lapso aumenta conforme más tareas se hacen.

Los investigadores establecieron que la productividad puede reducirse casi un 40% debido a que el cerebro debe enfocarse en labores diferentes abruptamente.

Otro estudio de la Universidad de Stanford en el 2009, comprobó que la tendencia a la multitarea disminuye el rendimiento.

Además, se determinó que la manía de hacer muchas cosas a la vez puede repercutir en las capacidades de concentración. Ser multitarea puede convertirse en un hábito y luego será difícil hacer, incluso, una asignación a la vez.

“La persona es multitarea porque cree que obtiene una ganancia de ese hábito”, señala la psicóloga Marlen Ortíz Amaral.

Sin embargo, la especialista considera que es importante poner en una balanza nuestro bienestar y nuestra productividad: ¿Qué se gana o qué se pierde al vivir de esta manera?

“Quienes tienen este tipo de personalidad le pasan de lado a la vida; realmente, no están disfrutando lo que están haciendo”, añade Ortiz.

Consecuencias. Le pasó a Claudia Jiménez. Ella recuerda que una noche, mientras realizaba sus labores universitarias, le prestaba atención a un partido de fútbol.

Días después, se percató de que, sin darse cuenta, en su trabajo de historia incluyó frases como “tiro a marco” y “saque de banda”. Para Claudia, lo mejor habría sido enfocarse en lo que era prioritario en ese momento.

Así lo sugiere la psicóloga Carol Navarro Salazar. La especialista propone un ejercicio simple de tres pasos que permite organizar nuestro tiempo y prioridades.

Lluvia de ideas. En primer lugar, haga una lluvia de ideas de todas las labores pendientes.

Priorizar. Segundo, revise esa lista para identificar prioridades: en la categoría uno se colocarán aquellas tareas impostergables señaladas con un color diferente. En la dos las que son importantes pero no urgentes. Se colocarán otras tareas en la categoría tres, otras en la cuatro y así sucesivamente según sea necesario.

Entre más sencilla sea la lista más fácil resultará seguirla.

Navarro insiste en la importancia de plantear metas realistas y tomar en cuenta los tiempos para la comida y otras necesidades básicas.

Por último, haga una evaluación de la lista de tareas al final del día, para ver el nivel de cumplimiento: ¿Se cumplieron las metas? ¿Porqué lo logré o no?

“Si por alguna razón de todas las actividades solo hice una, es importante anotar qué fue lo que pasó que hizo que no lograra terminar: es una forma de evaluación personal”, indica la especialista Navarro.