Cuando su vida pierde la ‘chispa’, es hora de buscar un experto

Algunos malestares pueden ser episodios o males permanentes

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Si a usted lo tortura un dolor de muela, es probable que acuda al dentista; si no distingue las letras cuando lee un libro, pide cita con un oculista, y si su corazón le dio un susto, posiblemente ya visitó al cardiólogo. ¿Pero cómo saber cuándo necesita la ayuda de un especialista en salud mental?

Todas las personas experimentan, a lo largo de su vida, situaciones difíciles; la habilidad para lidiar con ellas varía según la persona, e incluso el entorno.

En otros casos, el problema es más complejo pues se trata de enfermedades psiquiátricas que requieren atención médica.

La Nación conversó con varios psicólogos y psiquiatras con respecto a cómo orientar a una persona a velar por su salud mental.

Lo primero, coinciden los especialistas, es detectar el momento en que debe buscar ayuda y cuanto más pronto, mejor.

Si usted siente que se le está haciendo muy complicado vivir y convivir, es hora de poner atención.

“Es importante ir al profesional en salud mental cuando la persona atraviesa una experiencia interna difícil asociada a sentimientos de angustia, temor, ansiedad, desesperanza, incertidumbre, frustración, desconfianza, resentimiento, enojo o tristeza. También vale la pena ir cuando siente que no logra controlar una situación y se le sale de las manos”, explicó Cecilia Álvarez, experta en psicoterapia individual y de pareja.

Con ella coincide la psicóloga clínica Paula Llobet, quien recomendó buscar ayuda cuando se presentan problemas de conducta o dificultades para sostener relaciones interpersonales con personas cercanas: miembros de la familia, amigos, la pareja o los compañeros del trabajo.

Asimismo, la psicóloga advirtió de que muchos padecimientos físicos como gastritis, colitis, migrañas y dolores varios pueden ser señal de un manejo inadecuado del estrés emocional. “Es aconsejable buscar atención cuando las personas no logran lidiar con las demandas de la vida diaria, se sienten agotadas emocionalmente, irritables, y aunque tal vez logran funcionar adecuadamente, empiezan a presentar muchos problemas médicos”, dijo.

El siguiente paso es identificar al profesional en salud mental que podría asistirlo: ¿un psiquiatra, un psicólogo o ambos?

“El psiquiatra tiene una formación en medicina general y luego realiza una especialidad en Psiquiatría, de modo que cuenta con el entrenamiento y la autorización para tratar enfermedades mentales que requieran medicación”, aclaró el psiquiatra Luis Carlos Sancho. El médico advirtió de que en ninguna circunstancia un psicólogo debe prescribir medicamentos. “El psiquiatra está capacitado para diagnosticar el tipo de enfermedad mental que padece el paciente y decidir cuáles son los fármacos más adecuados para el tratamiento. Si luego de la valoración el psiquiatra considera que se podría tratar con terapia psicológica, puede referirlo a un experto en esa materia”, subrayó .

Herramientas distintas. La psicóloga Marielos Hernández aclaró que ambos profesionales trabajan con herramientas distintas: “Los psicólogos buscamos ayudar a la persona a entender con mayor claridad su circunstancia y explorar distintas alternativas. Es el psicólogo clínico quien se especializa es problemas psicopatológicos”, dijo.

Su colega Paula Llobet definió al psicólogo como “aquel especialista que se dedica a entender al ser humano y ayudarlo a mejorar su calidad de vida”. A la hora de asistir a uno, recomendó a aquel con una especialidad en Psicología Clínica. “pues más allá de su formación en Psicología, se especializa en realizar evaluaciones psicológicas, saber cuándo referir a un psiquiatra y aplicar psicoterapia”, precisó.

El doctor Sancho resaltó que existen padecimientos muy comunes entre la población que requieren atención psiquiátrica y generalmente no se consideran como tales. “Los ataques de pánico son crisis de ansiedad muy severas en las que la persona siente que se va a morir, que le va dar un infarto, no puede respirar y se desespera”.

Los ataques de pánico presentan muchos síntomas físicos, por ejemplo, palpitaciones, sudoraciones, mareos, diarreas, adormecimiento de manos y lengua, entre otros, y por esa razón se acude generalmente a doctores en otras especialidades “cuando lo primero que el paciente debió haber hecho es ir al psiquiatra”.

Tanto psiquiatras como psicólogos concuerdan en que cada caso tiene sus particularidades, pero muchas veces es recomendable un tratamiento integral y complementario.