Covid prolongada en niños: Estos son los síntomas que pueden tardar meses

Mayoría de niños registra enfermedad más benévola que en adultos y síntomas leves, pero en algunos persisten más de dos meses

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La gran mayoría de niños que sufren covid-19 se reponen en cuestión de días, pero hay algunos en los que los síntomas pueden tardar hasta dos meses. Ellos registran la llamada covid-19 prolongada, también conocida como síndrome poscovid o long covid (“covid larga”) en inglés.

Ese es una condición que no solo se presenta en adultos, también se constató en niños y adolescentes.

Sin embargo, así como las manifestaciones de la infección aguda son más leves (e incluso asintomáticos) en edades tempranas, las que se ven a largo plazo de la enfermedad también son diferentes y más difíciles de dilucidar que en los mayores.

“Es importante que las familias sepan que esto existe; que los niños no están inventando síntomas. Hay un porcentaje, no solo de adultos, sino también de niños, que van a seguir teniendo síntomas. Si ven que su hijo sigue con síntomas semanas después del diagnóstico, denle el beneficio de la duda”, destacó el pediatra inmunólogo costarricense Arturo Abdelnour.

Durante mucho tiempo no hubo una definición propia de caso y diferentes entes internacionales manejaron el suyo, pero, finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) unificó los criterios este 16 de febrero.

De acuerdo con la definición, estas son las características que deben cumplirse para concluir que un niño presenta covid prolongada:

  • Debe darse después de una infección comprobada o probable de SARS-CoV-2, virus causante de la covid-19. No se requiere una prueba positiva, puede darse por nexo o una alta sospecha de que se tuvo la enfermedad.
  • Los síntomas deben durar al menos dos meses.
  • Los síntomas de la fase prolongada pueden manifestarse inmediatamente después de la fase inicial o incluso tres meses después de la infección.
  • Las manifestaciones pueden fluctuar, desaparecer y recaer.
  • Hay tres síntomas principales: fatiga, sentido del olfato alterado y ansiedad.
  • Condición tiene algún nivel de impacto en las actividades cotidianas

La OMS advierte que los síntomas que se han reportado también se presentan en otro tipo de enfermedades, y es algo que debe tomarse en cuenta. En la mayoría de los casos, los menores presentan tres o más de estos.

  • Fatiga
  • Alteraciones en el sentido del olfato
  • Ansiedad
  • Dolor de pecho
  • Diarrea
  • Zumbidos en los oídos
  • Insomnio
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas
  • Brotes en la piel
  • Dificultades cognitivas
  • Mareos
  • Fiebre
  • Dolor en articulaciones
  • Cambios de humor
  • Palpitaciones
  • Dolor de estómago
  • Tos
  • Dificultad para respirar
  • Dolor de cabeza
  • Sensibilidad a la luz
  • Dolor de cuerpo
  • Dolor de garganta
  • Lagrimeo

Estos síntomas también pueden repercutir en los hábitos alimentarios, actividad física, comportamiento, rendimiento académico, interacción con otras personas, y avances en su desarrollo.

El documento insiste en que todavía se desconocen manifestaciones a más largo plazo, y también son desconocidas las causas o si hay factores predisponentes.

Para llegar a esta definición, la OMS convocó a especialistas en Pediatría, Inmunología, Infectología, Virología, Epidemiología y neurodesarrollo. Además, revisó las publicaciones científicas que hacían referencia a síntomas persistentes de covid-19 en los menores.

Para el pediatra Arturo Abdelnour tener una definición ya estandarizada ayuda a aclarar el camino, aunque todavía son muchas las dudas.

“Si en adultos es una situación poco entendida, en niños todavía más, porque muchos de ellos, sobre todo los de menor edad, no pueden manifestar bien lo que sienten. Además, para el médico no es fácil poner estos síntomas, diferentes en muchos, como casos para hacer una definición. Tampoco hay un test diagnóstico. Estamos aprendiendo”, destacó.

Un cuarto impacto

Abdelnour define a la covid prolongada como un cuarto impacto de la pandemia, como consecuencia de las olas.

En el primer impacto, el objetivo era evitar la mortalidad de los pacientes, en el segundo, se enfocó más en cómo utilizar mejor los recursos. El tercero fue la interrupción de los tratamientos de muchos pacientes crónicos y la forma en la que se descompensaron estas enfermedades. El cuarto es, precisamente, la covid prolongada.

Después de tener covid, las personas con manifestaciones prolongadas (al menos ocho semanas) van a tener consecuencias biológicas, psicológicas y sociales, expresó. De momento, los tratamientos van en atender los síntomas.

“Es una condición que existe, que los pacientes manifiestan. ¿Cuán frecuente es? Por eso era tan necesaria una definición. Si es más de cinco semanas de síntomas, es uno de cada cinco niños (que tuvieron la enfermedad), si es más de 12 es uno de cada diez”, destacó. Al ser una definición de ocho semanas, esta afección estará entre un 10% y un 20% de quienes presentaron la enfermedad.

En Costa Rica

En nuestro país no hay datos exactos de cuántos menores han presentado este síndrome dado lo difícil de percibirlo y el que, hasta ahora, no hubiera una definición de caso unificada. No obstante, Abdelnour asegura que sí hay casos, pues él los ha visto.

“Uno lo ve con los pacientes y las consultas de los padres de familia”, enfatizó.

“Del porqué no sabemos mucho. Lo que sabemos es que hay personas en las que el virus persiste, pero también sabemos que tiene que ver con la respuesta inmune de cada quien. Y el virus tiene la capacidad de activar otros virus o puede haber alteración de la microbiota, o la respuesta inmune puede equivocar hacia dónde se dirige y causar una reacción contra el cuerpo. Son varias teorías, no en todos se presenta igual”, añadió.

Este pediatra e investigador también forma parte de un estudio costarricense donde se analizan las características de la enfermedad. Aunque covid prolongado en niños no es una de las líneas que se estén analizando en este momento (pues ahora se concentran en mayores de 18 años), sí está la información para evaluarla en su momento.

La Nación solicitó datos al Hospital Nacional de Niños (HNN) sobre la atención de este síndrome y con qué frecuencia, pero al cierre de edición no habían sido facilitados.

Las buenas noticias

No todo es malo. Abdelnour subraya que hay formas de bajar el impacto. Una de ellas es la vacunación.

“Hay publicaciones que demuestran que las personas vacunadas con esquemas completos tienen menor prevalencia de long covid. Las vacunas tienen muchísimas ventajas. El riesgo es mayor en los no vacunados”, destacó.

Las medidas de prevención siguen siendo vitales: lavado de manos, uso de mascarilla en sitios cerrados y poco ventilados y evitar socializar con personas enfermas bajarán el riesgo de contagio, y por ende, de covid prolongada.

Además, es bueno estar pendiente de las señales, como que el niño no come bien, ha perdido peso, tiene fatiga, ansiedad, o si dice que le duele la cabeza o si está cansado cuando juega, sobre todo, si estas se identifican después de covid y no desaparecen después de un par de semanas. Será el momento de ir al médico.